La historia de Don Rafael González Herrera es un testimonio inspirador de que la sed de conocimiento no tiene edad. A sus casi 80 años, este ingeniero agrónomo de Villahermosa, Tabasco, ha decidido desafiar las convenciones y embarcarse en una nueva aventura académica: la licenciatura en Sistemas Computacionales. Su decisión, lejos de ser un capricho, nace de una profunda convicción: mantenerse al día en un mundo en constante evolución tecnológica. "La tecnología avanza rápido y tengo el deseo de estar al día", afirma con la emoción vibrante de quien se enfrenta a un nuevo reto.

Don Rafael no se limita a observar el avance tecnológico desde la barrera; ha decidido sumergirse en él, comprender sus entresijos y dominar sus herramientas. Su ingreso al Instituto Tecnológico de Villahermosa, donde ya ha completado el Curso de Homogenización y se prepara para comenzar el periodo escolar agosto-diciembre 2025, es una prueba fehaciente de su compromiso. Imagine la escena: Don Rafael, rodeado de jóvenes, absorbiendo conocimientos con la misma avidez que sus compañeros. Un contraste generacional que enriquece el ambiente académico y demuestra que la educación es un espacio para todas las edades.

El camino no ha sido fácil. Don Rafael tuvo que enfrentarse a las dudas y cuestionamientos de quienes no comprendían su decisión. "¿Por qué volver a estudiar a su edad?", le preguntaban. Pero él, con la firmeza que da la convicción, persistió en su objetivo y superó con éxito el examen de admisión, compitiendo con más de 1,300 aspirantes. Su ejemplo nos recuerda que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños, sin importar los obstáculos que se interpongan.

La experiencia de compartir las aulas con jóvenes ha sido, en palabras de Don Rafael, "de muchos contrastes". Sin embargo, destaca el respeto y el compañerismo que ha recibido de sus compañeros, creando un ambiente propicio para el aprendizaje mutuo. El reto académico, aunque considerable, no lo amilana. Al contrario, lo impulsa a dar lo mejor de sí mismo.

Don Rafael no solo se enfoca en su propia formación. Con la sabiduría que le otorgan los años, ofrece un valioso consejo a las nuevas generaciones: "Estar seguros de la carrera que quieren estudiar. Si no están convencidos, podrían dejarla o no aprovecharla como se debe". Palabras que resuenan con fuerza en un mundo donde la elección profesional a menudo se ve influenciada por presiones externas.

El apoyo del Instituto Tecnológico de Villahermosa ha sido fundamental en esta nueva etapa de la vida de Don Rafael. Ya se considera un "jaguar" más, integrado plenamente a la comunidad estudiantil. Su historia es un ejemplo de perseverancia, una lección de vida que nos invita a reflexionar sobre la importancia del aprendizaje continuo y a derribar las barreras que nos impiden alcanzar nuestro pleno potencial, sin importar la edad. Don Rafael González Herrera nos demuestra que la edad es solo un número, y que la pasión por el conocimiento puede florecer en cualquier momento de la vida. Su historia nos inspira a seguir aprendiendo, a seguir creciendo, a seguir soñando, sin importar cuántos años tengamos.