
24 de julio de 2025 a las 03:00
Horror en Morelia: Madre a proceso por presunto infanticidio
La tragedia que ha conmocionado a Morelia sigue revelando detalles desgarradores. El eco del llanto de los abuelos paternos aún resuena en la Sala 5 de Oralidad, un silencioso testimonio del dolor inconmensurable que ha dejado la muerte de dos pequeños. La imagen de J.A.F. de 12 años y D.A.F. de tan solo 10, envueltos en sábanas blancas en la habitación 133 del Hotel Torre Blanca, es una herida abierta en la conciencia colectiva. Dos mil quinientos pesos, el precio que pagó Ana Cristian por el espacio que se convertiría en el escenario de esta pesadilla. Un precio irrisorio comparado con el valor incalculable de las vidas que allí se extinguieron.
La frialdad del relato del juez Luviano Tena, contrastaba con la intensidad del drama que se desarrollaba ante sus ojos. Cada palabra, cada detalle de la cronología del horror, parecía azotar a Ana Cristian, provocando una crisis nerviosa que obligó a interrumpir la audiencia. El llanto desconsolado de la imputada, ¿será una manifestación de arrepentimiento? ¿O el reflejo del abismo emocional en el que se encuentra sumida? La justicia busca respuestas, la sociedad exige justicia, pero el silencio de la habitación 133 guarda aún muchos secretos.
¿Qué llevó a una madre a cometer semejante acto? ¿Qué demonios internos la atormentaron hasta llevarla a este punto de no retorno? Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado se adentran en los recovecos de esta historia buscando desentrañar la verdad. Los testimonios recabados, las pistas que se van uniendo, conforman un rompecabezas macabro que intenta dar sentido a lo incomprensible. El olor fétido que alertó al personal de limpieza, las moscas revoloteando en la habitación, son detalles escalofriantes que se graban en la memoria.
Cuarenta días. Ese es el plazo que tienen la Fiscalía y la defensa para presentar nuevas pruebas. Cuarenta días para arrojar luz sobre la oscuridad que envuelve este caso. Cuarenta días que se antojan eternos para los abuelos, quienes buscan consuelo en medio del desgarro. Cuarenta días para que la justicia, aunque no pueda devolverles la vida a sus nietos, ofrezca un atisbo de reparación. La sociedad espera, con la respiración contenida, el desenlace de este proceso, con la esperanza de que la verdad prevalezca y que la justicia, aunque sea terrenal, se cumpla. El juicio oral se vislumbra como el último capítulo de esta tragedia, un capítulo que, sin duda, dejará una profunda huella en Morelia y en todos aquellos que han seguido con atención este desgarrador caso.
¿Qué revelarán los testigos? ¿Qué nuevos detalles saldrán a la luz? El tiempo, inexorable, avanza hacia el día en que se conozca el veredicto. Un veredicto que, aunque necesario, jamás podrá llenar el vacío dejado por la ausencia de dos pequeños que apenas comenzaban a vivir.
Fuente: El Heraldo de México