¡La inocente confusión que conquistó nuestros corazones! ¿Recuerdan esa época dorada de Dragon Ball, donde la ingenuidad de Goku nos robaba una sonrisa en cada capítulo? Hablamos de ese momento crucial, ese primer encuentro con Bulma, donde un pequeño guerrero con cola de mono y una fuerza descomunal afirmaba tener 14 años. ¡14 años! Todos lo aceptamos sin dudar, cautivados por su peculiar encanto. Krilin, su futuro compañero de aventuras y rival amistoso, también cayó en la trampa de esa inocente afirmación. Imaginen la sorpresa, el impacto generalizado cuando, durante el fervor del 21° Torneo Mundial de las Artes Marciales, la verdad salió a la luz: ¡Goku apenas tenía 12 años!

¿Un engaño premeditado? ¡Para nada! La explicación, tan sencilla como hilarante, reside en la peculiar lógica de nuestro saiyajin favorito. Para Goku, el número 12 simplemente no existía en su vocabulario numérico. Después del 11, venía directamente el 14. Una lógica aplastante, inquebrantable, propia de una mente pura e inexperta en las complejidades del mundo moderno. Imaginen la escena: un pequeño Goku contando con sus dedos, saltando alegremente del 11 al 14, convencido de su precisión matemática. ¡Una joya de la comedia!

Este detalle, aparentemente insignificante, revela la genialidad de Akira Toriyama. No solo nos presenta a un protagonista poderoso, sino también a un niño adorablemente despistado, capaz de provocar carcajadas con su peculiar forma de ver el mundo. Nos recuerda que, en medio de épicas batallas y transformaciones asombrosas, la esencia de Dragon Ball reside en la simpleza y el humor. Es un recordatorio de que la grandeza no siempre viene acompañada de seriedad, sino que puede surgir de la más inocente de las confusiones.

Este pequeño desliz numérico se convirtió en una anécdota entrañable, un guiño cómplice entre el creador y su audiencia. Nos demostró que Toriyama no solo era un maestro de la acción y la aventura, sino también un genio de la comedia, capaz de arrancarnos carcajadas con situaciones tan simples como la edad de su protagonista. Un detalle que, sin duda, contribuyó a forjar el carácter icónico de Goku y a consolidar a Dragon Ball como una obra maestra del manga y el anime. Y tú, ¿recordabas esta divertida anécdota? Comparte tus recuerdos y opiniones con nosotros. ¿Qué otros momentos cómicos de la infancia de Goku te hicieron reír a carcajadas? ¡La nostalgia nos invade!