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24 de julio de 2025 a las 09:25
Domina el Arte de Escribir
La aparición de una joya bibliográfica como On Writers and Writing exige una respuesta que trascienda la mera reseña. Nos invita a una pausa reflexiva, a una contemplación profunda que haga justicia no solo al genio de Henry James, una de las mentes más brillantes de la literatura inglesa, sino también al esmerado trabajo editorial que rescata, organiza y proyecta su obra hacia la actualidad con renovada vigencia. Esta edición, publicada por New York Review Books en abril de 2025, reúne veintiún ensayos que abarcan medio siglo de la trayectoria crítica de James, desde su audaz y juvenil crítica a Dickens en 1865 hasta sus últimas reflexiones sobre la novela y el teatro. La singularidad de este volumen no reside únicamente en la fuerza de estos escritos, algunos canónicos y ampliamente conocidos, otros apenas mencionados, sino también en la forma en que se nos presentan: el meticuloso orden cronológico, la perspectiva retrospectiva y, sobre todo, el magistral prólogo de Michael Gorra, que no se limita a contextualizar la figura de James, sino que se adentra en su universo creativo como quien cartografía un continente inexplorado.
Gorra, profesor en Smith College y aclamado biógrafo por su Portrait of a Novel, no nos ofrece una simple introducción, sino una auténtica lectura, una tesis elaborada sobre el itinerario crítico de James, sus obsesiones, sus exclusiones, su evolución de enfant terrible a maestro de la moral. La disposición cronológica de los ensayos, que podría parecer obvia, adquiere aquí un significado estructural, permitiendo al lector presenciar, casi como en una novela de formación, la transformación de un espíritu inquieto. En sus primeros trabajos, James se muestra como un joven impetuoso, inquisitivo, con una vasta cultura literaria y un rigor implacable que no perdona ni a los autores más populares: acusa a Dickens de “pobreza permanente”, a Hardy de falta de magia, a Dumas de una gracia comparable a la de una silla. Esta aparente crueldad, lejos de ser gratuita, nace de una concepción elevada de la literatura, que exige de cada obra no solo forma, sino también densidad de conciencia, encarnación moral. Incluso en sus juicios más severos, subyace una voluntad pedagógica, un deseo de afinar el oído del lector, de enseñarle a discernir entre el arte verdadero y el artificio.
El enfoque crítico de James se distingue notablemente del de los críticos modernos. No sistematiza, no propone categorías ni inventa taxonomías. En cambio, opera con intuiciones formales, con un oído clínico para la prosa, con una sensibilidad que detecta la autocomplacencia del escritor. Afirma que la única obligación de la novela es ser interesante, pero este adjetivo, en su pluma, adquiere una densidad excepcional. Ser interesante no significa gustar, ni entretener, ni siquiera sorprender: implica mostrar la vida interior de una mente, revelar la dialéctica entre moralidad y acción, entre conciencia y forma. Para James, el arte es un mecanismo preciso: puede vehicular cualquier contenido, pero no puede prescindir de inteligencia, intención y trabajo. La literatura que no piensa, está condenada a la mediocridad.
Gorra comprende a la perfección esta visión y la ilumina sin didactismo. Su prólogo, con la sobriedad de un biógrafo y el fervor de un devoto, no explica a James, sino que lo despliega ante nosotros. Traza un arco nítido entre los textos iniciales y los ensayos de madurez, en los que James ya no destruye, sino que interroga. Los textos sobre Balzac, Turgenev, Shakespeare, e incluso sobre la propia ficción, como los célebres The Art of Fiction o The Future of the Novel, funcionan como los capítulos finales de un pensamiento que se ha vuelto más introspectivo, menos combativo, pero no menos exigente. Es en estos últimos años cuando James parece descubrir que la novela no solo puede ser arte, sino que debe serlo, y que la crítica, lejos de ser un mero comentario, es un género tan elevado y complejo como cualquier otro.
En la actualidad, en medio del colapso de las jerarquías críticas, de la proliferación de reseñas instantáneas y de un discurso literario que prioriza la opinión sobre el juicio, volver a James es un acto radical. Leer estos ensayos, y sobre todo leerlos desde la perspectiva que Gorra nos ofrece, es aceptar que la literatura es un arte serio, que implica responsabilidad estética y moral. Es también recordar que el lector tiene un papel activo, que su formación no se delega, y que existe una belleza que solo se alcanza con rigor.
En esta era de fragmentos y eslóganes, On Writers and Writing se erige como un monumento sereno. No necesita estridencias para impresionar. Su peso reside en la propia prosa, en esa textura minuciosa que James cultiva incluso en la crítica, en esa manera suya de adentrarse en una frase como quien entra en una casa. Los textos aquí reunidos son, como sus mejores cuentos, cámaras de observación, pequeños escenarios donde la literatura es examinada con la meticulosidad de un anatomista. Hay libros que nos recuerdan por qué leemos. Otros nos recuerdan por qué pensamos. Este volumen logra ambas cosas. Y en un momento en que los términos “crítica” y “escritura” parecen deshilacharse hasta perder todo su significado, On Writers and Writing nos ofrece una lección de dignidad literaria. James, desde el pasado, nos interpela. Y Gorra, desde el presente, nos recuerda por qué vale la pena escucharlo.
Fuente: El Heraldo de México