
24 de julio de 2025 a las 19:45
Desaparece Juan Pablo tras unirse a secta
La desesperación se apodera de Martha Leticia, una madre que busca incansablemente a su hijo Juan Pablo Ramírez Hernández, de tan solo 19 años, desaparecido desde el pasado 9 de junio. Lo que comenzó como un intento de alejarse del alcohol se transformó en una pesadilla, una espiral descendente que lo llevó a las garras de una secta de santería en Cuauhtzingo, municipio de Chalco, en el Estado de México.
Según el desgarrador testimonio de Martha Leticia, Juan Pablo buscaba refugio en la santería como un camino para superar su problema con la bebida. "Todo empezó a partir de que él este se fue a jurar a un templo de Santería porque según esto tomaba, iba a diario, iba a diario en las noches", relata la madre con voz entrecortada, recordando los inicios de esta historia que hoy la mantiene en vilo.
En este oscuro panorama aparece Belén, una mujer de 37 años, supuestamente de nacionalidad venezolana, quien figura como la líder de la secta y la presunta responsable de la desaparición del joven. Juan Pablo, en su búsqueda de redención, cayó bajo la influencia de esta mujer, abandonando su hogar en abril pasado para seguirla. Aunque en un principio mantenía contacto con su madre, la comunicación se fue tornando cada vez más esporádica, dejando entrever la creciente influencia de la secta sobre él.
Martha Leticia recuerda con angustia la única visita que recibió de su hijo tras su partida. Juan Pablo llegó acompañado de Belén y otros miembros de la secta, hombres que, según describe la madre, "parecían su sombra, no se le despegaban". Una imagen que ilustra el control y la manipulación que ejercían sobre el joven.
La diferencia de edad entre Belén y Juan Pablo no fue un impedimento para que iniciaran una relación sentimental, una relación que, según el testimonio de la madre, culminó en un supuesto matrimonio. Juan Pablo le confesó a su madre que se había casado con la venezolana, lideresa de la secta, un hecho que aumenta la preocupación y la complejidad de la situación.
La incertidumbre y la angustia se apoderaron por completo de Martha Leticia el 9 de junio, fecha en la que perdió todo contacto con su hijo. La última comunicación que tuvo fue con Belén, quien con evasivas y una frialdad que helaba la sangre, le dijo: "no, el flaco ya no está aquí. El flaco ya se movió de aquí. Dice que una amiga lo invitó a trabajar para Puebla". Una respuesta que lejos de tranquilizar, encendió todas las alarmas y la impulsó a iniciar una desesperada búsqueda.
Ahora, Martha Leticia clama por ayuda, pide a las autoridades y a la sociedad en general que la apoyen en la búsqueda de su hijo. La sombra de la secta se cierne sobre Juan Pablo, un joven vulnerable que buscaba un camino de sanación y encontró un laberinto de manipulación y misterio. ¿Dónde está Juan Pablo? Es la pregunta que atormenta a una madre y que exige una respuesta. El tiempo corre y la esperanza se desvanece con cada día que pasa sin noticias de él.
Fuente: El Heraldo de México