
24 de julio de 2025 a las 20:50
Claudia contra el huachicol fiscal
La lucha contra el huachicol fiscal se intensifica, con la promesa de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, de llegar "hasta las últimas consecuencias". Esta declaración no es una simple advertencia, sino un reflejo de la profunda investigación que se está llevando a cabo, desentrañando una compleja red de irregularidades. La meta es clara: la legalidad en todos los procesos relacionados con el combustible. No se trata solo de castigar a los culpables, sino de establecer un sistema transparente donde cada litro de combustible importado pague los impuestos correspondientes y se pueda rastrear su destino final. Este compromiso con la transparencia busca erradicar las prácticas fraudulentas que perjudican la economía nacional.
Sheinbaum Pardo ha revelado la colaboración con autoridades estadounidenses en este combate. El huachicol fiscal, ese combustible importado que se camufla bajo otra identidad para evadir impuestos o que se registra como una compra fantasma, es un enemigo común. La información compartida por la embajada de Estados Unidos en México ha destapado una situación aún más preocupante: la posibilidad de que petróleo crudo mexicano sea refinado en Estados Unidos y regrese ilegalmente a nuestro país. Esta revelación añade una nueva capa de complejidad a la investigación, ampliando el alcance de la misma y exigiendo una colaboración aún más estrecha entre ambos países.
Determinar el origen del delito es crucial. ¿Se inicia la irregularidad en la refinería estadounidense, en el centro de almacenamiento, o se trata de una falsificación de documentos por parte del importador mexicano? Desentrañar esta madeja de posibilidades requiere un minucioso trabajo de investigación, siguiendo la pista del combustible desde su origen hasta su destino final. Cada confiscación, cada detención, cada documento revisado, aporta una pieza clave para completar el rompecabezas y llegar a la raíz del problema.
El proceso de confiscación del combustible implica una serie de pasos que van más allá de la simple incautación. Una vez confiscado, el combustible se somete a un riguroso proceso de investigación por parte de la fiscalía. Una vez concluida esta etapa, y tras las pruebas pertinentes para asegurar su calidad, el combustible puede ser utilizado por Pemex o la Secretaría de la Defensa Nacional. Este proceso, similar al empleado con los bienes incautados al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), asegura que los recursos recuperados se utilicen en beneficio de la nación. Es un ciclo que cierra con la reincorporación de estos bienes a la economía formal, demostrando que la lucha contra el huachicol fiscal no solo castiga a los responsables, sino que también recupera recursos para el país. La transparencia y la rendición de cuentas son los pilares de este proceso, garantizando que cada paso se realice con la mayor legalidad y eficiencia. El objetivo final es claro: sanear el mercado de combustibles, protegiendo la economía nacional y asegurando un futuro energético más justo y transparente para todos los mexicanos.
Fuente: El Heraldo de México