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24 de julio de 2025 a las 23:30

Cara a cara con la furia: cornada brutal en Veracruz

La Xiqueñada 2024, una celebración teñida de sangre y controversia. La fiesta patronal de Santa María Magdalena en Xico, Veracruz, se vio empañada por un incidente que ha dado la vuelta al mundo digital. Roberto Pozos, un valiente –o quizás imprudente– participante de la tradicional capea de toros, sufrió una escalofriante cornada que le desprendió parte del rostro. Las imágenes, crudas y explícitas, se viralizaron rápidamente, generando un intenso debate sobre la seguridad y la ética de este tipo de eventos.

La tarde del 22 de julio, en el marco del 50 aniversario de la Xiqueñada, Pozos se encontraba en el ruedo, ejecutando pases con muleta y espada. Tras una serie de movimientos que arrancaron aplausos del público, el joven decidió arrodillarse, un gesto de aparente valentía que marcaría un antes y un después en su vida. En ese instante, un segundo toro, hasta entonces inadvertido, embistió a Pozos, lanzándolo directamente hacia los cuernos del primer animal. El resultado fue una herida terrible en el rostro, que dejó al joven con la piel colgando y bañado en sangre. La escena, capturada en múltiples videos desde diferentes ángulos, ha impactado profundamente a la opinión pública.

A pesar de la gravedad de la lesión, Pozos logró ponerse de pie por sus propios medios, una muestra de la adrenalina del momento y la resistencia humana. Sin embargo, la crudeza de las imágenes no deja lugar a dudas sobre la magnitud del daño.

Días después del incidente, Roberto Pozos reapareció en redes sociales desde un hospital en Xalapa. Con el rostro vendado y una sonrisa –que se adivina a pesar de los vendajes–, el joven confirmó haber sido sometido a una cirugía exitosa. Agradeció las muestras de preocupación y prometió mantener al público informado sobre su recuperación. Un ejemplo de entereza que, sin embargo, no acalla las voces críticas sobre la Xiqueñada.

El saldo final del evento, según las autoridades municipales, fue de once heridos, afortunadamente ninguno de gravedad. A pesar de la controversia y los riesgos evidentes, la Xiqueñada 2024 dejó una derrama económica estimada en 50 millones de pesos. Una cifra que contrasta con el sufrimiento de los animales y el peligro al que se exponen los participantes.

¿Vale la pena mantener una tradición que pone en riesgo la vida humana y animal? ¿Es el beneficio económico suficiente para justificar la crueldad y el peligro? El debate está abierto. La Xiqueñada, una fiesta con un alto costo, nos invita a reflexionar sobre nuestros valores y la importancia de preservar la vida, tanto humana como animal. ¿Es posible conciliar la tradición con el respeto y la seguridad? El futuro de la Xiqueñada, y de otras celebraciones similares, dependerá de la respuesta que encontremos a estas preguntas.

Fuente: El Heraldo de México