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23 de julio de 2025 a las 06:40
Un brazo perdido y recuperado: Milagro médico.
La vida de Elieah Boyd, una joven instructora de surf de 24 años, dio un giro drástico en un instante. El pasado 7 de julio, a las 5:30 pm, la tranquilidad de la tarde se rompió con el ensordecedor sonido del metal contra el metal. Elieah se encontraba cruzando las vías del tren cerca de la avenida Seaward en Ventura, California, empujando su bicicleta eléctrica de casi 40 kilos, cuando la tragedia la alcanzó. En un abrir y cerrar de ojos, un tren la arrolló, cambiando su vida para siempre.
Lo que siguió fue una escena digna de una película de terror. Elieah recuerda vívidamente el momento del impacto, la sensación de su mano aferrada al manubrio, la mirada hacia abajo y la repentina ausencia de su brazo. “No hay forma de que esto sea real”, fue lo único que pudo pensar en medio del shock y el dolor. Según su testimonio, no escuchó la bocina del tren. Apenas tres segundos transcurrieron entre el momento en que vio la mole de metal acercándose y el instante en que su vida se partió en dos.
Afortunadamente, un bombero retirado se encontraba cerca y actuó con rapidez. La decisión fue drástica: amputar el brazo que, milagrosamente, fue encontrado cerca de la escena. La imagen de su propio miembro separado de su cuerpo grabó una cicatriz imborrable en la memoria de la joven. "Resulta que tenía la mano en la bicicleta mientras el tren pasó, apenas rozó la bicicleta lo suficiente como para quitarme el brazo por completo”, relató Elieah con una voz que aún tiembla al recordar el horror vivido.
La lucha por la supervivencia apenas comenzaba. Los equipos de rescate la trasladaron de urgencia al Centro Médico UC Irvine. Allí, un equipo de cirujanos se embarcó en una maratónica operación de reimplante que duró más de 10 horas. Contra todo pronóstico, los médicos lograron reimplantar el brazo, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.
Ahora, tras múltiples cirugías adicionales, Elieah enfrenta un nuevo desafío: la abrumadora carga económica de los gastos médicos. Con el espíritu indomable de una surfista acostumbrada a las olas gigantes, ha decidido lanzar una campaña de donaciones para costear su recuperación. A pesar del trauma y la incertidumbre, Elieah se mantiene positiva, aferrada a la vida con la misma tenacidad con la que se aferró a su bicicleta en aquel fatídico día. Su historia es un testimonio de resiliencia, un recordatorio de que incluso en las situaciones más adversas, la esperanza y la fuerza del espíritu humano pueden prevalecer. Si deseas colaborar con Elieah en su camino hacia la recuperación, puedes realizar una donación a través de [enlace a la plataforma de donaciones]. Cada aporte, por pequeño que sea, será una ola de apoyo que la ayudará a surfear esta nueva y desafiante etapa de su vida. Únete a la ola de solidaridad y ayuda a Elieah a reconstruir su futuro.
Fuente: El Heraldo de México