
23 de julio de 2025 a las 12:25
Seguridad al alza, delitos a la baja.
La tranquilidad comienza a tejerse en el Estado de México. Un aire de optimismo recorre sus calles, impulsado por la notable disminución de los delitos de alto impacto. Las cifras, frías pero contundentes, revelan un cambio de rumbo en la lucha contra la inseguridad. El primer semestre de 2025 cierra con una caída significativa en los índices delictivos, marcando un hito en la historia reciente de la entidad. La administración de Delfina Gómez respira aliviada, pero no se duerme en los laureles. El trabajo constante y la coordinación entre los distintos niveles de gobierno son la clave de este logro.
Imaginen, por un momento, la angustia de vivir bajo la sombra del miedo. El temor a salir a la calle, la incertidumbre ante lo desconocido. Esa realidad, que por tanto tiempo aquejó a los mexiquenses, empieza a desvanecerse. Los homicidios dolosos, el flagelo que más vidas ha cobrado, registran una baja del 31%. Una cifra que no solo representa estadísticas, sino vidas salvadas, familias que recuperan la esperanza. Nueve años. Nueve largos años tuvieron que pasar para que el Estado de México viera la luz al final del túnel. Del tercer lugar nacional en incidencia de homicidios dolosos, la entidad ha descendido al quinto. Un avance que, sin duda, merece ser celebrado, pero que también exige redoblar esfuerzos para seguir en la senda de la seguridad.
El robo de vehículos, otro de los delitos que más afectan el patrimonio de las familias, también ha experimentado una caída del 25%. La extorsión, ese cáncer que corroe el tejido social, se ha reducido en un 18%. No son simples números, son historias de personas que recuperan la tranquilidad, que pueden desarrollar sus actividades sin el temor constante de ser víctimas de la delincuencia. El secuestro, un delito que siembra el terror en la comunidad, se ha desplomado un 58%. El robo a casa habitación con violencia, que vulnera la intimidad y la seguridad del hogar, ha disminuido un 28%. Cifras alentadoras que demuestran que la estrategia de seguridad implementada está dando resultados.
Pero no todo se reduce a números. Detrás de estas estadísticas hay un trabajo coordinado, un esfuerzo conjunto entre el Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de México y las corporaciones municipales. Operativos como "Enjambre", "Atarraya", "Bastión" y "Restitución" son la punta de lanza en la lucha contra la corrupción, el comercio ilícito y el cobro de piso. Acciones contundentes que demuestran que el Estado está presente, que no se dejará amedrentar por la delincuencia. Los bloqueos carreteros, la respuesta desesperada de aquellos que ven afectados sus intereses, son una muestra de que se está golpeando donde más les duele.
El camino aún es largo, la lucha contra la inseguridad no termina aquí. Pero los avances son innegables, la esperanza renace. El Estado de México se transforma, se construye un futuro más seguro para todos. La coordinación, la perseverancia y la firmeza son las claves para consolidar estos logros y seguir avanzando hacia un estado donde la paz y la tranquilidad sean la norma, no la excepción. El compromiso está hecho, el trabajo continúa. La seguridad, un derecho de todos, es la prioridad.
Fuente: El Heraldo de México