
24 de julio de 2025 a las 00:10
Sarampión: Protégete en México
El sarampión, una enfermedad que creíamos relegada al pasado, vuelve a asomar con fuerza, recordándonos la importancia de la prevención. Imaginen un mundo sin vacunas: las salas de espera de los hospitales repletas de niños con fiebre alta, tos incesante y esos característicos puntitos rojos que se extienden como un manto por su piel. Una realidad, por desgracia, no tan lejana en el tiempo y que aún persiste en algunas regiones del mundo donde el acceso a la vacunación es limitado.
No podemos bajar la guardia. El sarampión es altamente contagioso. Piensen en lo rápido que se propaga un rumor en una escuela, así de veloz es este virus. Un simple estornudo, una tos, incluso hablar cerca de alguien infectado puede ser suficiente para contraer la enfermedad. Y aunque en muchos casos se presenta como una enfermedad leve, las complicaciones pueden ser graves, especialmente en niños pequeños, personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados. Neumonía, encefalitis, incluso la muerte, son consecuencias devastadoras que podemos evitar.
La vacuna triple viral (SRP), nuestra mejor aliada contra esta amenaza, es segura, eficaz y gratuita en las instituciones de salud pública. Dos dosis son suficientes para construir un escudo protector no solo para nosotros mismos, sino también para quienes nos rodean, contribuyendo a la inmunidad colectiva que protege a los más vulnerables, aquellos que por razones médicas no pueden vacunarse.
¿Recuerdan su cartilla de vacunación? Es un documento vital, un testimonio de nuestra historia de salud, un recordatorio de las batallas ganadas contra enfermedades que antes causaban estragos. Revisémosla, asegurémonos de que nuestras vacunas estén al día, y si tenemos hijos, nietos o sobrinos, verifiquemos que ellos también estén protegidos.
No dejemos que la desinformación y los mitos en torno a las vacunas nos roben la tranquilidad. Informémonos a través de fuentes confiables, como la Secretaría de Salud, que pone a nuestra disposición información completa y precisa, así como líneas telefónicas para resolver cualquier duda. Ante la incertidumbre, la consulta con un profesional de la salud es fundamental. Ellos pueden orientarnos y despejar cualquier inquietud, brindándonos la confianza necesaria para tomar decisiones informadas.
La salud es un tesoro invaluable, y protegerla es una responsabilidad compartida. Vacunarnos contra el sarampión no es solo un acto de autocuidado, es un gesto de solidaridad, una contribución a la salud pública y un paso firme hacia un futuro libre de esta enfermedad. No esperemos a que el sarampión toque a nuestra puerta, actuemos ahora.
Fuente: El Heraldo de México