Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Fútbol/Deportes

23 de julio de 2025 a las 15:45

Rompe la barrera

La sombra de los octavos de final se cierne sobre la Selección Mexicana como una maldición ancestral. Con la expansión a 48 selecciones en la Copa del Mundo, el ansiado quinto partido se transforma en el sexto, y el camino hacia la gloria se empina aún más. La historia, implacable, nos recuerda la fragilidad del Tri en estas instancias decisivas: un solitario triunfo en nueve intentos, un oasis en un desierto de decepciones.

El recuerdo de 1986, con el Azteca vibrando al ritmo del 2-0 sobre Bulgaria, se antoja una postal lejana, un espejismo en el árido panorama de las eliminaciones. Desde entonces, el fantasma de los octavos ronda los sueños mundialistas de México, una barrera invisible que parece infranqueable. Alemania, Bulgaria, Argentina, Estados Unidos… los verdugos han cambiado, pero el resultado se repite con la monotonía de una tragedia griega.

Dos empates que se esfumaron en la crueldad de los penaltis, ante Alemania en 1986 y Bulgaria en 1994, agudizan el dolor. La ruleta rusa desde los once metros, ese drama inherente al fútbol, ha sido testigo del desmoronamiento de las ilusiones mexicanas. Y en las derrotas, la constante se repite: cinco de las seis eliminaciones entre 1998 y 2018 fueron a manos de quien a la postre levantaría el trofeo. Una cruel paradoja que subraya la distancia entre el sueño y la realidad.

Argentina, el eterno rival, se erige como el verdugo predilecto, con dos victorias en octavos, incluyendo la agónica prórroga en Alemania 2006. Un recuerdo amargo que aún perdura en la memoria colectiva. Incluso la excepción, la derrota ante Estados Unidos en 2002, lleva la firma de un conocido: Javier Aguirre, quien volverá a tomar las riendas del Tri en el Mundial de 2026. ¿Podrá el "Vasco" romper el maleficio en la tercera ocasión que dirige a México en la máxima cita?

La estadística, fría e implacable, ilustra la magnitud del desafío. Ocho goles a favor en nueve partidos de eliminación, un promedio de menos de un gol por encuentro. Dieciocho goles en contra, una fragilidad defensiva que se acentúa en las rondas decisivas. Números que dibujan un panorama sombrío, pero que también pueden servir como acicate para la generación actual.

El Mundial de 2026, con México como anfitrión junto a Estados Unidos y Canadá, representa una oportunidad única para exorcizar los demonios del pasado. Romper la maldición de los octavos de final, trascender la barrera del quinto partido (ahora sexto), y escribir una nueva página en la historia del fútbol mexicano. El reto es mayúsculo, pero la ilusión, como siempre, se renueva con cada ciclo mundialista. ¿Será esta la vez que México logre romper las cadenas de la historia?

Fuente: El Heraldo de México