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23 de julio de 2025 a las 03:35

Magia cerca de CDMX: Pueblos con duendes

El calor del verano abraza a la Ciudad de México, pero no todos buscan las playas para escapar. Existe un grupo de aventureros, sedientos de misterio, que prefieren internarse en los rincones donde la naturaleza susurra leyendas de duendes, hadas, nahuales y otros seres fantásticos que habitan el imaginario mexicano. Estas criaturas, ni buenas ni malas, son guardianes de la naturaleza, espíritus neutrales que reaccionan al comportamiento humano, premiando la bondad y castigando la maldad. Su dualidad fascina e intriga a quienes se adentran en el mundo paranormal.

Para quienes buscan una experiencia cercana con lo inexplicable, no hace falta viajar lejos. A pocas horas de la CDMX se esconden pueblos mágicos donde la realidad se difumina y lo ancestral resurge. Aquí te presentamos cinco opciones para unas vacaciones de verano rodeadas de magia y misterio:

Huasca de Ocampo, Hidalgo: A dos horas y media de la capital, este Pueblo Mágico es famoso por sus leyendas de chaneques, duendes guardianes de los bosques. Los locales hablan de risas sibilantes entre los árboles y pasos furtivos en la espesura. De día, los Prismas Basálticos atraen a turistas, pero al caer la noche, un aura inquietante envuelve el lugar. El Museo de los Duendes, Hadas, Elfos y Trolls ofrece un recorrido por historias de encuentros con estos seres, y las caminatas nocturnas al "Árbol de los deseos" prometen la posibilidad de escuchar susurros de plegarias antiguas. En la Hacienda de Santa María Regla, la leyenda de la hija de Pedro Romero de Terreros añade otra capa de misterio, con su espíritu vagando por los corredores. Se dice que la intensidad de la presencia de los duendes aumenta bajo la luna llena.

Amecameca de Juárez, Estado de México: A menos de dos horas de la CDMX, al pie de los imponentes volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, habitan los cuauhtepoztles, seres con cuerpo de niño y cabeza de anciano, guardianes del agua y los bosques. Se cree que son almas infantiles atrapadas entre los mundos, juguetonas o furiosas según su humor. Campesinos y leñadores relatan encuentros en los senderos boscosos, y en la "Piedra del Conejo" se reportan sensaciones extrañas: escalofríos, susurros en el viento y figuras fugaces entre las rocas. De noche, siluetas diminutas se avistan entre los árboles, como guardianes silenciosos.

Malinalco, Estado de México: A dos horas al sur de la CDMX, este pueblo respira historia prehispánica. El Santuario de los Guerreros, con sus templos tallados en roca, emana una energía palpable. La escalinata de 426 peldaños culmina en una serpiente de piedra cuya lengua bífida parece vibrar con una presencia invisible. En la quietud de la noche, se dice que sombras se deslizan entre los monolitos y murmullos ancestrales llenan el aire, como si los nahuales que alguna vez caminaron por allí aún susurraran sus secretos.

Reserva Ecológica Peña de Lobos, Estado de México: A una hora de la CDMX, cerca de Toluca, este lugar es un imán para lo paranormal. Duendes, hadas, nahuales y brujas se esconden entre las rocas y senderos. Los recorridos nocturnos ofrecen relatos escalofriantes: luces diminutas entre los árboles, voces infantiles en el silencio, presencias que observan desde la oscuridad. Risas sin dueño, objetos que se mueven solos y un frío inexplicable son experiencias comunes para quienes se aventuran a acampar en este lugar.

Valle de Bravo, Estado de México: A dos horas y media de la CDMX, este Pueblo Mágico combina la belleza de sus paisajes acuáticos con la ancestralidad otomí y leyendas cargadas de misterio. La historia del "León del Señor San Jerónimo", un rugido nocturno que aterrorizaba al pueblo, se entrelaza con relatos de espíritus guardianes del agua. Se dice que seres elementales, vinculados a la deidad otomí Tláloc, protegen el manantial de La Mirla y el Lago Salado, y que perturbar su paz puede desatar la furia de la naturaleza.

Estos cinco destinos ofrecen una alternativa a las típicas vacaciones de verano, una oportunidad para conectar con la magia y el misterio que se esconden en el corazón de México. ¿Te atreves a explorar lo desconocido?

Fuente: El Heraldo de México