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23 de julio de 2025 a las 09:25

Domina tus decisiones

La inversión extranjera directa (IED) se ha convertido en un termómetro de la salud económica de América Latina y el Caribe. El reciente informe de la CEPAL, presentado en el marco del Foro Político de Alto Nivel 2025, nos muestra un panorama con luces y sombras. Si bien la región ha experimentado un aumento general de la IED en 2024, el análisis detallado revela matices importantes que merecen nuestra atención.

El Caribe, Centroamérica y México han sido los protagonistas del crecimiento, impulsados principalmente por la reinversión de utilidades. Este dato, aunque positivo, enciende una luz amarilla. El estancamiento de los aportes de capital sugiere una cierta reticencia por parte de nuevas empresas a instalarse en la región. ¿A qué se debe esta cautela? Las posibles respuestas a esta interrogante abren un abanico de análisis que deben considerar la estabilidad política, la seguridad jurídica, la infraestructura y la competitividad de cada país.

En contraste con la tendencia global a la baja en anuncios de nuevos proyectos de inversión, América Latina y el Caribe, junto con América del Norte, se mantienen a flote. Este dato positivo se explica en gran medida por el interés creciente en las energías renovables y el sector de las comunicaciones, especialmente en el subsector del procesamiento de datos. Sin embargo, es crucial no caer en la complacencia. Atraer inversión en sectores clave requiere un esfuerzo constante por mejorar las condiciones para los inversionistas, promoviendo la innovación, la formación de capital humano y la sostenibilidad ambiental.

El informe de la CEPAL cobra especial relevancia en el contexto de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A medida que nos acercamos al 2030, la necesidad de financiamiento para el desarrollo se vuelve más acuciante. La IED, si bien no es la única fuente, juega un papel crucial en la movilización de recursos. Por ello, es fundamental analizar las tendencias de la IED a la luz de los ODS, identificando las áreas donde la inversión puede contribuir de manera más efectiva al desarrollo sostenible e inclusivo.

El Foro Político de Alto Nivel 2025 ofrece una plataforma invaluable para el diálogo y la colaboración entre gobiernos, sector privado, sociedad civil y organismos internacionales. El intercambio de experiencias, el análisis de datos y la generación de propuestas concretas son esenciales para maximizar el impacto de la IED en la región. En este sentido, el evento paralelo sobre la territorialización de la Agenda 2030 y el rol de los Exámenes Locales Voluntarios (ELV) representa una oportunidad única para explorar estrategias que permitan aterrizar los objetivos globales en acciones locales, promoviendo un desarrollo más equitativo y sostenible en cada territorio.

El informe de la CEPAL nos invita a la reflexión y a la acción. La IED no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo. Es necesario ir más allá de las cifras y analizar las causas subyacentes a las tendencias observadas. Solo así podremos diseñar políticas públicas y estrategias de cooperación que permitan aprovechar al máximo el potencial de la IED para el beneficio de todos los habitantes de América Latina y el Caribe. El camino hacia el 2030 y más allá exige un compromiso renovado con la evidencia, el análisis, el debate y la participación de todos los actores involucrados.

Fuente: El Heraldo de México