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24 de julio de 2025 a las 02:10

Conoce las nuevas caras de la pobreza en México

Un cambio trascendental se avecina en el panorama de la medición de la pobreza en México. A partir del 17 de julio de 2025, el INEGI, la institución rectora en materia de estadística en el país, asume la responsabilidad de medir la pobreza y evaluar la política de desarrollo social, funciones previamente desempeñadas por el Coneval. Este cambio, sin duda, marca un hito en la historia de la medición social en México y abre un abanico de oportunidades para fortalecer la generación de información crucial para el diseño de políticas públicas más efectivas.

La transición, según ha comunicado el propio INEGI, se llevará a cabo con la premisa fundamental de mantener la continuidad y la comparabilidad de los datos. Esto implica que los informes sobre las Líneas de Pobreza por Ingresos, Pobreza Multidimensional y Pobreza Laboral conservarán su periodicidad habitual. Un aspecto crucial para investigadores, académicos y tomadores de decisiones que requieren de series de tiempo consistentes para analizar las tendencias y el impacto de las políticas implementadas.

Imaginen la importancia de poder seguir la evolución de la pobreza mes a mes, a través de las Líneas de Pobreza por Ingresos, en estrecha sincronía con el Índice Nacional de Precios al Consumidor. Esta información permitirá un análisis más preciso de la capacidad adquisitiva de las familias mexicanas y su vulnerabilidad ante las fluctuaciones de los precios. Por otro lado, la publicación anual de la Pobreza Multidimensional, con datos a nivel nacional y por entidad federativa, ofrecerá una radiografía detallada de las carencias sociales que aquejan a la población, permitiendo identificar las zonas geográficas que requieren mayor atención. Y la medición trimestral de la Pobreza Laboral, en consonancia con la ENOE, proporcionará una visión dinámica del mercado laboral y su impacto en los ingresos de los hogares.

La decisión de mantener la metodología del Coneval, incluyendo los lineamientos y criterios publicados en el Diario Oficial de la Federación en 2018, es una garantía de la comparabilidad de los datos históricos y futuros. Este compromiso con la rigurosidad metodológica es fundamental para dar continuidad a las series de tiempo y asegurar la confiabilidad de la información generada. Además, la utilización de los insumos estadísticos que elabora el propio INEGI, como la ENIGH, fortalece la consistencia del sistema de medición y reduce la posibilidad de sesgos.

Pero más allá de la continuidad, este cambio también representa una oportunidad para la innovación. El INEGI, con su amplia experiencia en la generación y análisis de información estadística, tiene el potencial de enriquecer la medición de la pobreza incorporando nuevas perspectivas y metodologías. El compromiso del instituto con el diálogo permanente con la sociedad, la academia y los expertos en la materia, abre las puertas a la construcción de un sistema de medición más robusto y pertinente a las necesidades del país.

La preservación del acervo histórico del Coneval es otro aspecto fundamental de esta transición. El acceso ininterrumpido a las series históricas de medición de pobreza y a las evaluaciones de la política social es esencial para comprender la evolución de este fenómeno en México y para evaluar el impacto de las políticas públicas implementadas a lo largo del tiempo. Este acervo representa un valioso legado para las futuras generaciones y una herramienta indispensable para la toma de decisiones informadas.

En resumen, la asunción de las funciones de medición de la pobreza por parte del INEGI representa un paso importante en la consolidación del sistema estadístico nacional. La continuidad, la comparabilidad y la innovación son los pilares sobre los que se construye esta nueva etapa, con el objetivo último de generar información de calidad que contribuya a la construcción de un México más justo y equitativo.

Fuente: El Heraldo de México