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24 de julio de 2025 a las 01:15

¡Brayan necesita tu ayuda!

La angustia se palpa en el aire de Santiago Ixcuintla, Nayarit. Ya son más de 24 horas desde que el pequeño Brayan, de entre siete y ocho años, fue arrastrado por la corriente de un canal de riego. La tarde del lunes, que prometía ser una tarde de juegos como cualquier otra, se transformó en una pesadilla para la familia del menor. Brayan jugaba cerca del canal del margen izquierdo, acompañado de sus hermanos, cuando la tragedia se desencadenó. Un resbalón, un instante de descuido, y la fuerza implacable del agua lo arrebató de la orilla.

Desde ese momento, el tiempo parece haberse detenido para la familia y la comunidad. La inmediatez de la denuncia activó una respuesta rápida de las autoridades. La noche del lunes y la madrugada del martes fueron un ir y venir de linternas, voces llamando el nombre del pequeño y la incesante búsqueda en la oscuridad, una lucha contracorriente contra la desesperación.

Ahora, bajo el sol inclemente del martes, la búsqueda se intensifica. No solo participan los equipos de rescate oficiales –Protección Civil del Estado, Policía Estatal–, sino también un ejército de voluntarios, vecinos de Santiago Ixcuintla y comunidades aledañas, movidos por la solidaridad y la esperanza. Cada mano que se suma a la búsqueda, cada mirada que escudriña las aguas turbias, representa una pequeña luz en la inmensidad de la incertidumbre.

La tecnología también se ha puesto al servicio de la esperanza. La Unidad de Drones “Cóndor” de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana sobrevuela la zona, sus ojos electrónicos vigilantes explorando desde las alturas lo que a la vista humana se escapa. Los canales de riego “Estación Nanchi”, “Mojarritas” y “El Jicote”, nombres que ahora resuenan con la carga de la angustia, son rastreados palmo a palmo desde el aire. La búsqueda se extiende, siguiendo el curso del agua, tratando de predecir el camino que la corriente pudo haber trazado con su triste carga.

Mientras los drones peinan el cielo, en tierra, el cuerpo de bomberos recorre incansablemente las rutas potenciales, a pie y en vehículos, luchando contra el reloj y la fuerza de la naturaleza. Analizan el caudal del agua, su velocidad, su comportamiento, intentando descifrar las pistas que el canal pueda ofrecer. Cada rama, cada objeto que flota en la superficie, se convierte en un posible indicio, una señal que renueva la esperanza.

La incertidumbre es un peso que aplasta el ánimo de todos. Las horas se convierten en una eternidad. Aún no hay noticias de Brayan. Sin embargo, las autoridades mantienen su compromiso: la búsqueda no cesará hasta que el pequeño sea encontrado. Un llamado a la colaboración ciudadana resuena en la región: cualquier información, por mínima que parezca, puede ser la clave para resolver este angustioso rompecabezas. Santiago Ixcuintla, unida en la oración y la esperanza, espera el regreso de Brayan. La búsqueda continúa.

Fuente: El Heraldo de México