
23 de julio de 2025 a las 03:15
Alcalde: No hay fractura con PT y PVEM
La reciente declaración de Luisa María Alcalde Luján, presidenta nacional de Morena, ha generado un intenso debate en el panorama político mexicano. Su firme postura sobre la continuidad de la alianza con el PT y el PVEM, a pesar de las discrepancias en torno al nepotismo, abre un abanico de interrogantes sobre el futuro de la coalición y la estrategia electoral de cara a 2027. Alcalde Luján insiste en la solidez de la alianza, destacando la colaboración legislativa que ha permitido la aprobación de importantes reformas constitucionales. Sin embargo, la sombra de la prohibición del nepotismo, impulsada unilateralmente por Morena, se cierne sobre la aparente armonía entre los partidos.
La decisión de Morena de anticipar la prohibición de candidaturas a familiares de gobernantes, prevista constitucionalmente para 2030, marca un punto de inflexión en la dinámica de la alianza. Si bien Alcalde Luján ha asegurado que la medida no implica una ruptura con el PT y el PVEM, la realidad es que introduce un elemento de tensión. ¿Cómo se articulará la alianza en los estados donde estos partidos tradicionalmente han impulsado candidaturas familiares? ¿Estarán dispuestos a ceder ante la imposición de Morena o se generarán fracturas a nivel local? Estas son preguntas cruciales que aún no tienen respuesta.
La dirigente de Morena argumenta que la prohibición del nepotismo responde a una demanda ciudadana, un clamor por la renovación de la clase política y la erradicación de prácticas clientelares. Sin embargo, algunos analistas interpretan esta medida como una estrategia para fortalecer el control de Morena sobre la alianza, imponiendo sus reglas y limitando el margen de maniobra de sus socios. Esta interpretación cobra fuerza al considerar que la medida se aplica exclusivamente a las candidaturas bajo el sello de Morena, dejando abierta la posibilidad de que el PT y el PVEM mantengan sus propias prácticas en las candidaturas que presenten de forma independiente.
La experiencia en Veracruz y Durango, donde Morena asegura haber aplicado la prohibición con éxito, se presenta como un argumento a favor de la viabilidad de la medida. Sin embargo, la generalización de esta práctica a nivel nacional presenta desafíos importantes. La cultura política en México, marcada por el peso de las familias en el poder, dificulta la implementación de medidas que rompan con estas estructuras. La resistencia interna, como la mencionada por Alcalde Luján en el caso de algunos presidentes municipales, podría generar tensiones y divisiones dentro de los propios partidos.
El futuro de la alianza se presenta incierto. La firmeza de Morena en la lucha contra el nepotismo, si bien aplaudida por algunos sectores, podría ser el detonante de una crisis interna en la coalición. La capacidad de los tres partidos para negociar y encontrar puntos de acuerdo será crucial para mantener la unidad de cara a las elecciones de 2027. El tiempo dirá si la apuesta de Morena por la ética política fortalece o debilita su proyecto. Lo que es indudable es que el debate sobre el nepotismo y su impacto en la democracia mexicana apenas comienza.
El reto para Morena será convencer a sus aliados de la necesidad de esta medida, no solo como una cuestión de ética política, sino también como una estrategia para recuperar la confianza ciudadana. La ciudadanía, cansada de las prácticas clientelares y la perpetuación de las familias en el poder, demanda un cambio profundo en la forma de hacer política. La alianza, si quiere mantenerse vigente, deberá adaptarse a estas nuevas exigencias y demostrar su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas. El camino hacia 2027 se presenta lleno de desafíos, y la capacidad de los partidos para dialogar y encontrar soluciones conjuntas será clave para determinar el futuro del panorama político mexicano.
Fuente: El Heraldo de México