La tragedia aérea que enlutó a Dhaka el pasado lunes 21 de julio ha conmocionado a Bangladesh y al mundo. La imagen del avión de entrenamiento F-7 BGI estrellándose contra el colegio Milestone, justo a la hora de salida, es una escena desgarradora que quedará grabada en la memoria colectiva. Veinte vidas segadas, entre ellas la del valiente piloto que intentó evitar una catástrofe mayor, y más de 160 heridos, muchos de ellos con quemaduras graves, pintan un panorama de devastación y dolor.

El sonido ensordecedor del impacto, seguido de la explosión y las llamas que rápidamente envolvieron el edificio de dos pisos, transformaron una tarde cualquiera en una pesadilla. Cientos de estudiantes que esperaban ansiosos el fin de la jornada escolar se vieron repentinamente envueltos en una escena de caos y desesperación. El testimonio del maestro que, con quemaduras en el rostro y las manos, relató cómo intentó proteger a sus alumnos cubriéndoles el rostro con telas mojadas, es un ejemplo conmovedor de valentía y humanidad en medio del horror. Su relato, fragmentado por el shock y el dolor, nos permite vislumbrar la magnitud de la tragedia: "Fue justo a la hora de salida… los estudiantes estaban esperando… vimos un incendio… algo totalmente inesperado… sin ninguna preparación…".

La rápida respuesta de los equipos de emergencia, con ambulancias, helicópteros y personal de rescate desplegados en la zona, fue crucial para atender a los heridos y controlar el incendio. Sin embargo, la magnitud del desastre desbordó la capacidad de los hospitales locales. Familiares angustiados buscaban desesperadamente información sobre sus hijos, compartiendo listas de nombres en redes sociales en una carrera contra el tiempo. La incertidumbre y la angustia se sumaban al dolor de una tragedia que ha dejado una profunda herida en la comunidad.

La investigación sobre las causas del accidente, encabezada por un comité de alto nivel, se centra en la hipótesis de una falla técnica en la aeronave, un F-7 BGI, parte de un lote de 16 aviones entregados por China en 2013. A pesar de que este tipo de avión ha sido retirado del servicio en otros países por su antigüedad, Bangladesh los mantiene operativos debido a su bajo costo y facilidad de mantenimiento. Este punto, sin duda, será objeto de un profundo análisis en la investigación, que también deberá considerar otras posibles causas del accidente.

Más allá de las responsabilidades y las explicaciones técnicas, la tragedia del colegio Milestone nos confronta con la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos de crisis. El luto nacional decretado por el gobierno es un reflejo del dolor compartido por todo un país. La atención psicológica ofrecida a estudiantes, maestros y familiares es un paso fundamental para ayudar a las víctimas a superar el trauma y reconstruir sus vidas. La imagen del avión en llamas, impactando contra la escuela, es un recordatorio doloroso de la importancia de la seguridad en la aviación y la necesidad de garantizar que tragedias como esta no se repitan. El recuerdo de las víctimas, en especial del piloto que sacrificó su vida intentando evitar una mayor pérdida de vidas humanas, debe servir como un llamado a la reflexión y a la acción.