
22 de julio de 2025 a las 20:55
Sheinbaum revisará el T-MEC en septiembre
El futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se encuentra en un momento crucial. Si bien se ha establecido que en septiembre comenzará la revisión del acuerdo, las recientes declaraciones del secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, utilizando el término "renegociación", han generado incertidumbre y un intenso debate en torno a las implicaciones para la economía mexicana. Esta aparente discrepancia semántica, entre "revisión" y "renegociación", abre un abanico de posibilidades y deja entrever la complejidad de las relaciones comerciales entre las tres naciones.
La próxima visita de una delegación mexicana a Washington, aún sin confirmar si será encabezada por el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, o por subsecretarios, subraya la importancia de estos diálogos. Se espera que en estas reuniones se aclaren las intenciones de Estados Unidos y se definan los puntos a tratar en la revisión –o renegociación– del T-MEC. La incertidumbre actual genera nerviosismo en el sector empresarial y expectativa en la opinión pública, que aguarda con atención los resultados de estas negociaciones.
Es crucial recordar que el T-MEC, a diferencia de otros acuerdos comerciales, tiene rango de ley en los tres países. Esto le otorga una mayor solidez jurídica, pero también implica una mayor complejidad para realizar modificaciones. Cualquier cambio requerirá la aprobación de los respectivos órganos legislativos, lo que podría prolongar el proceso y abrir la puerta a negociaciones políticas de gran calado.
Las palabras de Lutnick, al destacar la importancia del T-MEC para la economía estadounidense y señalar que el 75% del comercio con México y Canadá se realiza bajo este marco, son un arma de doble filo. Por un lado, reconocen la relevancia del acuerdo; por otro, podrían interpretarse como una posición de fuerza para presionar a México y Canadá en la renegociación de ciertos aspectos.
La presidenta Sheinbaum Pardo ha subrayado que muchas empresas que exportan de México a Estados Unidos son de capital estadounidense y se benefician enormemente del T-MEC. Esto pone de manifiesto la interdependencia económica entre ambos países y la necesidad de alcanzar un acuerdo que sea beneficioso para todas las partes. La mandataria también ha resaltado la alta productividad de los trabajadores mexicanos, un factor clave para la competitividad del país.
En este contexto, la capacitación de la mano de obra mexicana se convierte en un elemento estratégico para fortalecer la posición del país en las negociaciones. Un trabajador altamente capacitado es un activo invaluable y una garantía de competitividad en el mercado internacional. La inversión en educación y formación profesional es, por lo tanto, una apuesta de futuro para México.
El futuro del T-MEC se define en estos días. La diplomacia y la negociación serán claves para alcanzar un acuerdo que impulse el crecimiento económico y el desarrollo de los tres países. La opinión pública seguirá con atención cada paso de este proceso, consciente de la importancia que tiene para el futuro de la región.
Fuente: El Heraldo de México