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22 de julio de 2025 a las 12:35

MUAC: El arte no se silencia

La noche del 20 de julio de 2025 quedará marcada en la memoria del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) como una noche de violencia injustificada. Un grupo radical, desviándose de la marcha contra la gentrificación, irrumpió en el recinto dejando a su paso una estela de destrucción. Vidrios rotos, como heridas abiertas en la fachada del museo, grafitis que manchan los muros y la explanada, y la imponente escultura de La Espiga, también víctima de la furia vandálica, son el crudo testimonio de lo ocurrido. En el interior de la Librería Julio Torri, el panorama era igualmente desolador: libros robados, mobiliario destrozado y un caos que contrasta con el orden habitual de sus estantes. Más de 28 mil títulos, uno a uno, deben ser revisados para evaluar el alcance total del daño.

Si bien se ha realizado un inventario preliminar, la magnitud de las pérdidas aún se está calculando. El costo de reemplazar los vidrios especiales de la fachada, de reparar la escultura y el mobiliario, y de reponer los libros sustraídos asciende a una cifra aún por determinar. Más allá del costo económico, el daño moral es incalculable. El MUAC, un espacio dedicado al diálogo, a la reflexión y a la tolerancia, se convirtió en el blanco de una agresión que atenta contra los valores que representa.

“Es lamentable”, declara Tatiana Cuevas, directora del MUAC, con una mezcla de tristeza e indignación en su voz. “Somos un espacio que promueve el pensamiento crítico, no un blanco político. No se puede exigir justicia violentando espacios que, precisamente, están abiertos al diálogo”. Cuevas insiste en que las obras de arte que alberga el museo están intactas gracias a los sistemas de seguridad y climatización, y que el área expositiva no fue vulnerada. Sin embargo, la Librería Julio Torri, un santuario para los amantes de la lectura, sufrió un duro golpe.

A pesar del trago amargo, el MUAC no se rinde. Con la misma resiliencia que caracteriza a la comunidad universitaria, se prepara para una reapertura temporal el 30 de julio, coincidiendo con el regreso a clases en la UNAM. Láminas protectoras reemplazarán, por el momento, los vidrios rotos, y se trabajará arduamente para borrar los grafitis que mancillan la fachada. “No podemos permitir que la violencia cierre los espacios culturales”, afirma Cuevas con firmeza. “Nuestro compromiso es con el público y con el pensamiento libre”.

Este incidente ha llevado al MUAC a una profunda reflexión interna. Se están revisando los protocolos de seguridad en conjunto con las autoridades de la UNAM para prevenir futuros ataques. Pero la reflexión va más allá de las medidas de seguridad. Se trata de un llamado a la sociedad en su conjunto a cuestionar la eficacia de la violencia como herramienta de protesta. ¿Qué se gana con la destrucción?, se pregunta Cuevas. ¿Acaso la violencia construye o destruye? ¿Cómo podemos canalizar la indignación hacia acciones constructivas que generen un cambio real?

El MUAC, que ha abordado en sus exposiciones temas como la gentrificación, el desplazamiento y la migración, reitera su compromiso con el análisis crítico de los problemas sociales a través del arte. Sin embargo, aclara que su vocación es cultural, no política, y que no puede sustituir a las instancias responsables de buscar soluciones. El museo es un espacio para el diálogo, la reflexión y el entendimiento, no un campo de batalla. Es una plataforma para el arte, para la cultura, para el pensamiento libre. Y es precisamente esa libertad la que debemos proteger, no con violencia, sino con más diálogo, más arte y más cultura. La UNAM, por su parte, ya ha presentado una denuncia ante el Ministerio Público y ha condenado públicamente los hechos. La comunidad universitaria se une en un llamado a la paz y al respeto a los espacios culturales.

Fuente: El Heraldo de México