
22 de julio de 2025 a las 19:50
Maestra taxista secuestrada en Veracruz
La angustia se extiende como una sombra sobre Álamo Temapache, Veracruz. La desaparición de Irma Hernández Cruz, una maestra jubilada de 62 años que se ganaba la vida como taxista, ha conmocionado a la comunidad. El pasado viernes 18 de julio, a plena luz del día y ante la mirada atónita de decenas de testigos, Irma fue secuestrada en la calle Sor Juana Inés de la Cruz, una arteria vital del municipio, a escasos metros del bullicioso mercado municipal y del sitio de taxis donde trabajaba, en la ruta Ejido Estero del Ídolo. La imagen de una camioneta interceptándola y obligándola a subir a la fuerza, grabada en la memoria de quienes presenciaron el hecho, se ha convertido en un símbolo de la creciente inseguridad que azota la región. El temor paralizó a los presentes, impidiéndoles intervenir ante la demostración de fuerza de los secuestradores, quienes portaban armas largas y actuaron con una impunidad que hiela la sangre.
La Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz activó de inmediato los protocolos de búsqueda, difundiendo la ficha de Irma con la esperanza de que alguien pueda aportar información que conduzca a su paradero. En ella, se describe a Irma como una mujer de estatura baja, piel morena clara, cabello corto con textura mixta y una mancha distintiva debajo del ojo izquierdo. La ficha también subraya la necesidad de atención médica especializada para Irma, un dato que añade un componente de urgencia a la búsqueda y aumenta la preocupación de sus familiares y amigos.
Horas después del secuestro, la incertidumbre se transformó en horror. Un video comenzó a circular en redes sociales, mostrando a una mujer arrodillada en un paraje boscoso, rodeada de hombres armados y encapuchados. Con voz temblorosa, la mujer se identifica como Irma Hernández Cruz, conductora del taxi número 554. En un mensaje desgarrador, aparentemente dirigido a sus compañeros taxistas, les implora que no se involucren con “los charros” y que paguen las cuotas exigidas por el grupo criminal que, según sus palabras, controla la zona. El video se corta abruptamente, dejando un vacío angustiante y un sinfín de preguntas sin respuesta.
La historia de Irma ha trascendido las fronteras locales. El activista Bryan LeBarón ha alzado la voz en redes sociales, denunciando la vulnerabilidad de las personas trabajadoras ante la violencia del crimen organizado. LeBarón enfatiza que Irma no es un sicario, sino una maestra jubilada que se vio obligada a conducir un taxi para complementar su pensión y sobrevivir. Sus palabras resuenan con la indignación de muchos que ven en el secuestro de Irma un reflejo de la impunidad y la falta de protección para los ciudadanos.
El silencio oficial del gobierno de Veracruz contrasta con el clamor popular que exige justicia y el pronto regreso de Irma. La Fiscalía General del Estado mantiene un hermetismo que alimenta la incertidumbre y la desconfianza. No se han confirmado detenciones, ni se ha informado sobre posibles demandas de rescate. Colectivos locales de búsqueda han redoblado sus esfuerzos, organizando jornadas informativas en plazas públicas para mantener vivo el caso y presionar a las autoridades para que aceleren las investigaciones. La comunidad de Álamo Temapache se aferra a la esperanza de que Irma regrese a casa sana y salva, mientras la sombra de la violencia continúa acechando. Cada día que pasa sin noticias de Irma, la angustia se profundiza, convirtiendo la espera en un tormento para sus seres queridos y un recordatorio constante de la fragilidad de la vida en una región asediada por la delincuencia.
Fuente: El Heraldo de México