
22 de julio de 2025 a las 22:10
El Adiós de un Príncipe de la Oscuridad
El ocaso de un Príncipe: Los últimos años de Ozzy Osbourne y el legado de una leyenda.
La noticia resonó como un trueno en el mundo del rock: el 22 de julio, Ozzy Osbourne, el icónico "Príncipe de las Tinieblas", nos dejaba a los 76 años. Una figura inmortal del heavy metal, cuya voz rugió durante décadas al frente de Black Sabbath y en su prolífica carrera en solitario, se apagaba rodeado del amor de su familia, tras una larga batalla contra el Parkinson. Su partida nos invita a recordar no solo sus gloriosos años en la cima, sino también el coraje con el que enfrentó el crepúsculo de su vida.
El diagnóstico del Parkinson en 2020 marcó un punto de inflexión. A las secuelas del accidente en cuatrimoto del 2003, que le dejó lesiones de columna que se agravaron en 2019, se sumó esta enfermedad neurodegenerativa que fue minando su salud. Las múltiples operaciones en 2023 evidenciaban la lucha constante de un guerrero que se negaba a rendirse. Incluso un episodio de COVID-19, que complicó aún más su cuadro físico, no logró doblegar su espíritu.
A pesar del deterioro progresivo, Ozzy se aferró a su pasión por la música. Si bien la potencia física de sus legendarias actuaciones de los 70 y 80 ya no era posible, su última aparición en un concierto, sentado en un trono, demostró que la llama del rock ardía inextinguible en su interior. Esa imagen, conmovedora y poderosa a la vez, simboliza la resiliencia de un artista que se entregó por completo a su público hasta el final.
Desde sus inicios en Birmingham, Inglaterra, en 1948, hasta la consagración mundial con Black Sabbath, la vida de John Michael Osbourne, el hombre detrás del mito, fue una montaña rusa de emociones. Su voz, inconfundible y visceral, definió el sonido de una generación. Álbumes como "Paranoid" y "Master of Reality" se convirtieron en himnos del heavy metal, catapultando a la banda a la cima del Olimpo musical.
Más allá de los escenarios, Ozzy trascendió las barreras del rock para convertirse en un ícono de la cultura pop. El reality show "The Osbournes" nos permitió vislumbrar su vida familiar, revelando una faceta más íntima y humana del "Príncipe de las Tinieblas". Su personalidad excéntrica, sus frases lapidarias y sus controversias, como el incidente del murciélago o la vez que orinó en un monumento, contribuyeron a construir una leyenda que se alimentaba tanto de la música como de la provocación.
Un hombre de contrastes, Ozzy reconocía la dualidad entre su personaje escénico y su vida privada. Mientras que en el escenario encarnaba la rebeldía y la oscuridad, fuera de él se mostraba como un hombre de familia. Sus excesos y sus momentos de vulnerabilidad dibujaron un retrato complejo y fascinante de un artista que vivió intensamente cada instante.
La huella de Ozzy Osbourne en la historia de la música es imborrable. Su nombre, grabado en el Paseo de la Fama de Hollywood y en el Salón de la Fama del Rock, perdurará como testimonio de su talento y su influencia. Su legado, más allá de las polémicas y los escándalos, reside en la música que nos legó, en la energía que transmitía en sus conciertos y en la autenticidad con la que vivió su vida, sin máscaras ni concesiones. Un Príncipe que, aunque ya no esté físicamente entre nosotros, seguirá reinando eternamente en el reino del rock.
Fuente: El Heraldo de México