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22 de julio de 2025 a las 18:55
El Adiós de Maribel a Julián: Un Dolor Inmenso
Han pasado dos años desde aquel domingo que marcó para siempre la vida de Maribel Guardia. Dos años desde que la noticia del fallecimiento de su hijo, Julián Figueroa, conmocionó al mundo del espectáculo y al público en general. La tristeza y el dolor aún son palpables en cada palabra de la actriz, pero también se percibe una fortaleza admirable, una resiliencia forjada en el amor incondicional por su nieto, José Julián.
Las recientes declaraciones de Maribel Guardia, ofrecidas en el Aeropuerto Internacional de la CDMX, nos permiten vislumbrar un poco el torbellino de emociones que ha experimentado durante este tiempo. Con la voz entrecortada por las lágrimas, compartió detalles desgarradores del momento en que encontró a su hijo sin vida: "Con sus ojitos cerrados, en paz, con la piernita cruzada…". Una imagen que, sin duda, quedará grabada para siempre en su memoria.
Más allá del dolor, Maribel encuentra consuelo en la creencia de que ha mantenido contacto con Julián desde su partida. Señales, manifestaciones, pequeños detalles que le confirman que su hijo sigue presente de alguna manera. Esta conexión espiritual, sin duda, le brinda la fuerza para seguir adelante.
La preocupación de Julián por el futuro de su hijo, José Julián, es un tema recurrente en el relato de Maribel. La promesa que le hizo a su hijo, de cuidar a su pequeño en caso de que algo le sucediera, se ha convertido en su motor de vida. "Mamá, si yo un día me muero, júrame por Dios que vas a cuidar a mi hijo", le pidió Julián, premonitoriamente, a su madre. Una promesa que Maribel cumple con devoción y amor incondicional.
El miedo a la muerte que atormentaba a Julián, contrasta con la serenidad con la que Maribel enfrenta la vida. Mientras Julián expresaba su temor a lo desconocido, Maribel le confesaba que su mayor miedo era la enfermedad. Esta diferencia de perspectivas nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento.
La figura de Maribel Guardia se agiganta ante la adversidad. Su entereza y su amor por su nieto son un ejemplo de superación y resiliencia. A pesar del dolor que la embarga, Maribel continúa brillando en los escenarios, honrando la memoria de su hijo con cada actuación. Su historia es un testimonio de que el amor trasciende la muerte y que la fuerza del espíritu humano es capaz de superar cualquier obstáculo. El legado de Julián Figueroa continúa vivo en su hijo, José Julián, y en el corazón de su madre, Maribel Guardia, quien lo mantendrá vivo en cada recuerdo y en cada latido de su corazón.
Fuente: El Heraldo de México