La tarde del martes 22 de julio se vio ensombrecida por una violenta explosión que sacudió el corazón de la colonia Hipódromo Condesa, en la alcaldía Cuauhtémoc. El estruendo, que resonó alrededor de las 14:30 horas, provenía de una rosticería ubicada en la calle Sombrerete, un lugar habitualmente concurrido por vecinos y visitantes atraídos por los aromas a pollo asado que solían inundar la zona. Ahora, ese familiar olor a brasas se mezclaba con el acre hedor del humo y el polvo, pintando una escena de caos y destrucción.

La onda expansiva, producto de una acumulación de gas según los primeros informes del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, impactó con fuerza en el local, destrozando ventanas y fachadas, y lanzando escombros a varios metros de distancia. La imagen del lugar, minutos después de la detonación, era desoladora: cristales rotos cubriendo la acera, madera astillada y retorcida, y un penetrante olor a gas quemado que impregnaba el aire. Vecinos y transeúntes, aturdidos por la repentina explosión, se agolpaban en las cercanías, observando con incredulidad el panorama de destrucción.

En medio del caos, la rápida respuesta de los servicios de emergencia fue crucial. Paramédicos y bomberos trabajaron contrarreloj entre los escombros, buscando posibles víctimas y atendiendo a los heridos. Dos personas resultaron lesionadas en la explosión, aunque afortunadamente, según los reportes preliminares, sus vidas no corren peligro. Fueron rápidamente trasladadas a hospitales cercanos para recibir la atención médica necesaria.

Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la prevención y el mantenimiento adecuado de las instalaciones de gas. La acumulación de este combustible, invisible e inodora, puede convertirse en una bomba de tiempo en cualquier hogar o negocio. Es fundamental realizar revisiones periódicas por parte de técnicos cualificados para detectar posibles fugas y asegurar el correcto funcionamiento de los sistemas de gas. Además, es vital mantener una ventilación adecuada en los espacios donde se utilizan estos combustibles, y conocer los protocolos de actuación en caso de detectar una fuga.

Las autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc ya han iniciado las investigaciones pertinentes para determinar las causas exactas de la explosión y deslindar responsabilidades. Mientras tanto, los vecinos de la Hipódromo Condesa se enfrentan a la tarea de reconstruir, no solo los daños materiales, sino también la tranquilidad de un barrio que, en un instante, vio interrumpida su cotidianidad por la fuerza devastadora de una explosión. Este incidente sirve como un recordatorio de la fragilidad de la vida urbana y la importancia de la prevención para evitar futuras tragedias. En los próximos días, se espera que se den a conocer más detalles sobre el estado de salud de los heridos y las medidas que se tomarán para prevenir incidentes similares en el futuro.