La polémica persigue a Natanael Cano como una sombra. El joven cantante, conocido por sus corridos tumbados y su estilo irreverente, vuelve a estar en el centro de la controversia tras la difusión de un video donde se le ve estacionando su lujoso Lamborghini Huracán STO, una máquina de ensueño en negro y rojo, en un lugar reservado para personas con discapacidad. El incidente, ocurrido en San Carlos, Sonora, frente a una tienda de autoservicio, ha desatado una ola de críticas en redes sociales, donde los usuarios no han dudado en condenar la acción del intérprete de "Madonna" como una falta de respeto y una muestra de insensibilidad hacia las personas con movilidad reducida.

La periodista Michelle Rivera fue quien sacó a la luz el video, en el que se aprecia a Cano acompañado de su séquito, incluyendo guardaespaldas y su novia, descendiendo del vehículo sin aparente preocupación por la infracción cometida. Las imágenes se han viralizado rápidamente, avivando el debate sobre la conducta del artista y la responsabilidad que conlleva la fama. Muchos internautas han expresado su indignación, señalando que este tipo de comportamientos normalizan la falta de consideración hacia las personas con discapacidad y perpetúan una cultura de privilegio. Comentarios como "Las drogas destruyen", "Muévelo, mijito, puede ocuparlo alguien", "Silo que debe ser es buen ejemplo" y "El Nata copió el mal ejemplo de todos los ciudadanos que hacen lo mismo" inundan las plataformas digitales, reflejando el descontento generalizado.

La acción de Cano no solo ha generado críticas por la falta de civismo, sino también por la reiteración de este tipo de conductas. "Siempre hace lo mismo", "No me sorprende la acción viniendo de este güey", son algunos de los comentarios que evidencian el historial del cantante con este tipo de polémicas. La frustración de algunos usuarios se extiende incluso a la idealización de la figura del cantante: "Me molesta que la gente idolatre a este tipo" y "La gente tiene la culpa de hacer famosos a estos ignorantes", son frases que apuntan a una reflexión sobre la responsabilidad del público en la construcción de la imagen de los artistas.

Más allá de la controversia mediática, el acto de Cano conlleva consecuencias legales. Estacionarse en un espacio reservado para personas con discapacidad puede acarrear una multa considerable, que oscila entre 20 y 30 veces la UMA (Unidad de Medida y Actualización), lo que se traduce en una sanción económica de entre 2,262 y 3,394 pesos mexicanos, sin contar posibles sanciones administrativas adicionales. Este incidente se suma a una lista de enfrentamientos del cantante con la justicia, incluyendo una multa en Chihuahua por apología del delito y violencia de género durante un concierto en 2023, y un proceso judicial en Sonora por el delito de cohecho. A esto se añaden las millonarias multas que ha tenido que pagar por interpretar corridos tumbados en entidades donde están prohibidos por promover la apología del delito.

El caso de Natanael Cano reabre el debate sobre la influencia de las figuras públicas y la importancia de predicar con el ejemplo. Si bien el cantante tiene derecho a su estilo de vida y a expresarse artísticamente, sus acciones tienen un impacto en la sociedad, especialmente en sus seguidores más jóvenes. ¿Es la fama una excusa para saltarse las normas? ¿Qué mensaje se transmite cuando un artista con gran alcance mediático ignora las leyes y la consideración hacia los demás? Estas son algunas de las preguntas que surgen a raíz de este nuevo capítulo en la controvertida trayectoria de Natanael Cano. La polémica continúa, y solo el tiempo dirá si el cantante aprenderá de sus errores o seguirá alimentando el ciclo de controversia que lo rodea.