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22 de julio de 2025 a las 03:45
Alerta: Sarampión en México ¡Entérate cuáles estados están en riesgo!
¡Hola a todos! Espero que esta edición de nuestro boletín los encuentre con la energía al máximo. Hoy quiero hablarles de algo que nos afecta a todos: la búsqueda constante de la felicidad. ¿Es una meta alcanzable o una utopía inalcanzable? ¿Se trata de un destino o de un camino?
Muchos creen que la felicidad es un estado permanente de euforia, un ideal que se alcanza tras lograr ciertos objetivos: un mejor trabajo, una casa más grande, una pareja ideal. Sin embargo, la experiencia nos muestra que estos logros, aunque importantes, no garantizan una felicidad duradera. La verdadera felicidad, según expertos, reside en la capacidad de apreciar las pequeñas cosas, de encontrar la alegría en lo cotidiano, de cultivar la gratitud por lo que tenemos.
Imaginen por un momento un día perfecto. ¿Qué lo compone? ¿Un amanecer espectacular, el aroma del café recién hecho, una conversación profunda con un ser querido? Estos pequeños momentos, a menudo pasados por alto en la vorágine del día a día, son los verdaderos ladrillos que construyen la felicidad.
Un estudio reciente de la Universidad de California demostró que las personas que practican la gratitud de forma regular experimentan mayores niveles de bienestar emocional. Llevar un diario de gratitud, donde se anotan diariamente las cosas por las que nos sentimos agradecidos, puede ser una herramienta poderosa para cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo positivo.
Pero no se trata solo de apreciar lo bueno. La felicidad también implica la capacidad de afrontar la adversidad, de aprender de los errores y de crecer a través de las experiencias, incluso las difíciles. La resiliencia, esa capacidad de recuperarnos ante las dificultades, es un componente esencial de la felicidad.
¿Y qué papel juega la conexión con los demás en la búsqueda de la felicidad? Numerosos estudios han demostrado que las relaciones sociales sólidas son un factor clave para el bienestar. Cultivar relaciones significativas con familiares, amigos y compañeros de trabajo nos proporciona un sentido de pertenencia, apoyo emocional y un propósito en la vida.
No existe una fórmula mágica para la felicidad, es un camino personal que cada uno debe recorrer. Sin embargo, existen herramientas y prácticas que nos pueden ayudar en este viaje. Desde la meditación y el mindfulness, que nos ayudan a conectar con el presente, hasta la actividad física, que libera endorfinas y mejora nuestro estado de ánimo, las opciones son múltiples.
Les invito a reflexionar sobre qué les hace felices, a identificar esos pequeños momentos que les llenan de alegría y a cultivarlos día a día. La felicidad no es un destino, es un camino, y cada paso que damos en esa dirección nos acerca un poco más a una vida plena y significativa.
En la próxima edición del boletín, les compartiré algunos consejos prácticos para incorporar la gratitud y la resiliencia en su vida diaria. ¡Hasta entonces, les deseo mucha felicidad! No olviden compartir este boletín con sus amigos y familiares, ¡la felicidad se multiplica cuando se comparte! Y no duden en escribirnos con sus comentarios y sugerencias, ¡nos encantaría saber qué les ha parecido!
Fuente: El Heraldo de México