A partir de los 45, nuestro cuerpo cambia y la forma en que lo cuidamos también debe adaptarse. Muchas mujeres notan una pérdida de tono muscular, especialmente en los brazos, y la preocupación por la flacidez se convierte en una constante. Pero que no cunda el pánico, ¡tonificar los brazos después de los 45 es totalmente posible! La clave está en entrenar de forma inteligente, priorizando la salud articular y la activación muscular efectiva.

Harley Pasternak, el gurú del fitness que ha entrenado a estrellas como Ariana Grande y Kim Kardashian, nos ilumina con su sabiduría: la combinación de fuerza y movilidad es fundamental a esta edad. Olvídense de levantar pesas descomunales, la clave está en la precisión y la constancia. Pasternak insiste en la importancia de realizar movimientos controlados, adaptados a nuestra capacidad individual, para evitar lesiones y maximizar resultados.

Perder masa muscular es un proceso natural, pero podemos contrarrestarlo con una rutina bien diseñada. No se trata de machacarse en el gimnasio, sino de elegir los ejercicios adecuados y progresar gradualmente. Un buen calentamiento, estiramientos y descanso adecuado son tan importantes como el entrenamiento en sí. Además, una alimentación rica en proteínas e hidratación constante son pilares fundamentales para el éxito.

Para tonificar los brazos sin lesionarse, Pasternak recomienda ejercicios con pesos moderados (entre 1 y 4 kg). Un ejemplo son las elevaciones laterales y frontales con mancuernas. De pie, con la espalda recta, realizamos 3 series de 12 repeticiones, concentrándonos en la calidad del movimiento. Este ejercicio fortalece los deltoides y mejora la postura de los hombros, contribuyendo a una silueta más estilizada.

Para combatir la flacidez en la parte posterior del brazo, los fondos de tríceps son ideales. Apoyando las manos en una silla firme, con las piernas extendidas, bajamos y subimos lentamente, completando 3 series de 10 repeticiones. Para aumentar la intensidad, podemos elevar una pierna o añadir una pausa en la bajada. Este ejercicio es un clásico por una razón: ¡funciona!

Las flexiones de brazos, un ejercicio multifuncional, fortalecen pecho, hombros y tríceps. Si las flexiones tradicionales resultan difíciles, podemos adaptarlas apoyando las rodillas en el suelo o realizando el movimiento contra la pared. La clave es empezar con pocas repeticiones e ir aumentando progresivamente.

Para quienes sufren de problemas en hombros o codos, las bandas de resistencia son una excelente alternativa. Con ellas, podemos simular curls de bíceps o extensiones de tríceps, realizando 3 series de 15 repeticiones. Este ejercicio es suave con las articulaciones, pero altamente efectivo para activar la musculatura.

Recordemos que el entrenamiento es solo una pieza del rompecabezas. Una dieta equilibrada, rica en proteínas, y una buena hidratación son esenciales para la recuperación muscular y el bienestar general. Combinando estos elementos, lograr brazos tonificados y fuertes después de los 45 no solo es posible, sino también una manera de sentirnos más vitales y seguras de nosotras mismas. Harley Pasternak, con su enfoque holístico del bienestar, nos recuerda que el fitness no es solo una cuestión estética, sino una inversión en nuestra salud y calidad de vida.