
Inicio > Noticias > Accidentes
21 de julio de 2025 a las 08:10
Tragedia en Reynosa: Joven pierde la vida contra el tren
La quietud matutina del ejido Carrizales se vio abruptamente interrumpida por el ensordecedor sonido de un frenazo metálico, seguido de un silencio aún más aterrador. El sol del 20 de julio apenas comenzaba a despuntar, pintando el cielo con tonos rosados y anaranjados, cuando la tragedia se cernió sobre la Carretera Ribereña, a la altura del kilómetro 26. Dos figuras jóvenes, llenas de vida apenas momentos antes, se encontraron frente a frente con la imponente fuerza de un tren de carga. Una carrera contra el tiempo, un intento desesperado por acortar el camino entre Carrizales y Argüelles, se transformó en una pesadilla. El metal contra la carne, el impacto brutal, un grito ahogado en el estruendo… La escena, que helaría la sangre del más curtido, se grabó a fuego en la memoria de los primeros testigos que acudieron al lugar.
Una adolescente de apenas 16 años, en la cúspide de sus sueños, vio su futuro truncado en un instante. Su cuerpo yacía inerte junto a las vías, un testimonio desgarrador de la fragilidad de la vida. A su lado, su acompañante, una joven de 20 años, luchaba por aferrarse a la existencia, gravemente herida, con el recuerdo imborrable del horror vivido. El sonido de las sirenas rompió el silencio, anunciando la llegada de los paramédicos, quienes trabajaron contrarreloj para estabilizar a la joven sobreviviente y trasladarla al hospital más cercano. La esperanza se mezclaba con la angustia, mientras los minutos se convertían en una eternidad.
La noticia corrió como la pólvora entre los habitantes de la zona, sembrando la consternación y el dolor. Muchos de ellos conocían a las jóvenes, compartían sus vidas, sus alegrías y sus tristezas. El cruce improvisado sobre las vías del tren, una práctica habitual para acortar el camino entre los ejidos, se convirtió en un símbolo de la tragedia. Voces entrecortadas por el llanto contaban historias de otros que habían arriesgado su vida de la misma manera, una ruleta rusa cotidiana donde la suerte, finalmente, les había sido esquiva a estas dos jóvenes. La necesidad de una solución, de una vía segura que conectara a las comunidades, se hacía más evidente que nunca.
Mientras tanto, la Fiscalía General del Estado de Tamaulipas ha iniciado las investigaciones correspondientes. Los peritos recogen evidencias, analizan las circunstancias del accidente, buscando respuestas que, aunque necesarias, difícilmente podrán aliviar el dolor de las familias afectadas. La tragedia deja una herida profunda en la comunidad, un recordatorio constante de la importancia de la prevención y la seguridad, y una llamada urgente a las autoridades para que se tomen medidas que eviten que este tipo de sucesos se repitan. El eco del frenazo, el silencio que le siguió, y el llanto desconsolado de una comunidad, permanecerán por mucho tiempo en la memoria colectiva de Reynosa. ¿Cuántas vidas más se tendrán que perder antes de que se encuentre una solución definitiva? La pregunta queda flotando en el aire, tan pesada como el tren que segó la vida de una joven y marcó para siempre la de otra.
Fuente: El Heraldo de México