
21 de julio de 2025 a las 18:30
Sheinbaum: No protegemos a nadie ni respondemos a linchamientos
La reciente fuga de Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad de Tabasco, ha desatado una tormenta política y mediática. Acusado de vínculos con el grupo criminal "La Barredora", Bermúdez ha puesto en el ojo del huracán a la administración de Claudia Sheinbaum, quien se ha visto obligada a reafirmar su compromiso con la justicia y la transparencia. La jefa de Gobierno ha sido tajante: no habrá protección para nadie involucrado en actos de corrupción o delincuencia. Sin embargo, también ha advertido sobre los peligros del linchamiento mediático y la importancia de respetar el debido proceso. En un contexto donde la información fluye a la velocidad de la luz y las redes sociales amplifican tanto las verdades como las falsedades, Sheinbaum ha hecho un llamado a la prudencia y a la responsabilidad. "No respondemos ante linchamientos mediáticos", ha declarado, subrayando la necesidad de que las investigaciones sigan su curso y que sean las autoridades competentes las que determinen la culpabilidad o inocencia del ex funcionario.
Este caso pone de manifiesto la compleja relación entre política, justicia y medios de comunicación. Por un lado, la sociedad exige respuestas rápidas y contundentes ante las sospechas de corrupción. Por otro, es fundamental garantizar el derecho a la presunción de inocencia y evitar juicios sumarios. La línea que separa la legítima demanda de justicia del sensacionalismo mediático es a veces difusa, y la prudencia se convierte en una virtud indispensable. La propia Sheinbaum ha destacado la diferencia entre este caso y el de Genaro García Luna, juzgado en Estados Unidos. En el caso de Bermúdez, la Fiscalía General de la República (FGR) actuó con celeridad, abriendo una carpeta de investigación y emitiendo una orden de aprehensión. Esta prontitud, según Sheinbaum, demuestra la autonomía de la FGR y el compromiso del gobierno con la legalidad.
Más allá del caso específico de Bermúdez, la postura de Sheinbaum refleja una preocupación más amplia: el riesgo de que las acusaciones infundadas y la presión mediática interfieran en el correcto funcionamiento de la justicia. En un ambiente polarizado, donde la información se manipula con facilidad, es crucial defender la independencia de las instituciones y el derecho de todos a un juicio justo. La jefa de Gobierno ha insistido en que, si bien no se protegerá a nadie, tampoco se cederá ante la presión mediática. La justicia, ha afirmado, debe basarse en pruebas y no en especulaciones.
En paralelo a este escándalo, Sheinbaum ha enviado un mensaje claro a su propio partido, Morena, tras el Consejo Nacional: no se puede alejar del pueblo. Un recordatorio oportuno en un momento en que el partido se enfrenta a importantes decisiones internas. Sin entrar en detalles sobre los nuevos lineamientos aprobados, la mandataria ha enfatizado la importancia de que Morena se mantenga conectado con las necesidades y los sentimientos de la ciudadanía. Un llamado a la unidad y a la coherencia en un momento crucial para el futuro del partido y del país. La fuerza del movimiento de transformación, ha dicho, reside en su vínculo con el pueblo, y Morena no puede permitirse perder esa conexión. Este mensaje, en el contexto de la controversia generada por el caso Bermúdez, cobra aún más relevancia. La credibilidad del partido y del gobierno depende, en gran medida, de su capacidad para demostrar que la justicia y la transparencia son principios irrenunciables.
Fuente: El Heraldo de México