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21 de julio de 2025 a las 17:15
Romero: El lugar ideal para que crezca vigoroso
El romero, ese arbusto aromático que evoca la brisa mediterránea y la cocina de nuestras abuelas, esconde secretos que van más allá de su inconfundible aroma y sabor. Si bien es cierto que se le considera una planta resistente, incluso casi indestructible, su vigor no lo exime de ciertos cuidados, especialmente en lo que respecta a su compañía en el jardín. Imaginen un escenario: un romero exuberante, bañado por el sol, compartiendo espacio con… ¿coles? Pues, aunque parezca inofensivo, este idilio vegetal podría terminar en tragedia para nuestro protagonista. Las brasicáceas, como las coles y los repollos, compiten por los mismos nutrientes que el romero, librando una batalla silenciosa bajo la tierra que puede dejar a nuestro aromático amigo desnutrido y sin brillo.
Y no solo las coles son malas compañeras. Zanahorias y cebollas, a pesar de su aparente inocencia, atraen plagas como los pulgones, que no dudarán en migrar hacia el romero, convirtiéndolo en su festín particular. Incluso los geranios, con su belleza y colorido, pueden albergar huéspedes indeseados que terminarán por afectar la salud de nuestro preciado romero. Es como si invitáramos a un vampiro a una fiesta de donantes de sangre, ¿no les parece?
Por tanto, la clave para un romero feliz y saludable reside en la elección de sus vecinos. Es fundamental proporcionarle un espacio propio, un santuario donde pueda desplegar todo su potencial sin la competencia ni las amenazas del exterior. Pensémoslo como un pequeño apartamento individual para nuestro romero, donde pueda disfrutar de la tranquilidad y la privacidad que necesita. La rotación de cultivos y la separación física entre especies son prácticas esenciales para mantener el equilibrio del suelo y prevenir la competencia por recursos. De esta manera, cada planta recibe lo que necesita, y el romero puede brillar en todo su esplendor.
En cuanto a sus cuidados específicos, el romero no es una planta exigente. Su naturaleza mediterránea le ha enseñado a sobrevivir con poco. El riego debe ser moderado, esperando a que el sustrato esté completamente seco antes de volver a regar, salvo en los meses más calurosos, donde agradecerá un poco más de atención. Imaginen un romero sediento bajo el sol abrasador del verano, ¡un verdadero suplicio!
Las podas periódicas son otro aspecto fundamental para mantener su forma, estimular su crecimiento y eliminar ramas susceptibles a enfermedades o plagas. Es como un corte de pelo para nuestro romero, que lo rejuvenece y lo fortalece.
Pero más allá de su belleza y su aroma, el romero es una auténtica joya nutricional. Un tesoro escondido en nuestro jardín que nos ofrece un sinfín de beneficios para la salud. Vitaminas A, B1, B2, B3, B6, C, D, E y K, además de minerales como calcio, hierro, magnesio y zinc, convierten al romero en un aliado indispensable para mejorar la circulación, la digestión y fortalecer el sistema inmunológico. Sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas son la guinda del pastel.
En resumen, el romero, aunque resistente, necesita nuestro cuidado y atención para prosperar. Con la ubicación correcta, unos cuidados básicos y la compañía adecuada, este pequeño arbusto mediterráneo nos regalará no solo su belleza y aroma, sino también un tesoro de beneficios para nuestra salud y bienestar. Así que ya saben, ¡mimen a su romero y él les recompensará con creces!
Fuente: El Heraldo de México