La fe mueve montañas, dicen, y lamentablemente, también mueve a algunos a aprovecharse de la devoción ajena. El anhelo de peregrinar a la Basílica de Guadalupe, un santuario de esperanza y consuelo para millones, se convirtió en una amarga pesadilla para 37 personas originarias de Hermosillo, Sonora. Ilusionados con la promesa de un viaje espiritual a la Ciudad de México, entregaron sus ahorros, un total de 570 mil pesos, a una pareja que tejió una elaborada red de mentiras. Carlos Arturo “N” y Cinthia Yadira “N”, los presuntos responsables, se presentaban como experimentados agentes de viajes, ofreciendo un itinerario de ensueño que incluía no solo la visita a la Basílica, sino también recorridos por las pintorescas ciudades de Cuernavaca y Puebla. Un paquete completo, irresistible para quienes soñaban con fortalecer su fe y disfrutar de unos días de descanso.

La supuesta agencia de viajes, con un nombre que evocaba confianza y profesionalismo, resultó ser una fachada, un castillo de naipes construido sobre la ingenuidad de los afectados. Los depósitos, realizados con la ilusión de un viaje próximo, iban a parar directamente a las cuentas personales de los imputados. Ninguna reservación de vuelo, ningún hotel reservado, ningún autobús contratado. Todo era una farsa. A medida que se acercaba la fecha de partida, el 18 de julio de 2025, la incertidumbre comenzaba a apoderarse del grupo. Las preguntas sobre los detalles del viaje eran evadidas con excusas y promesas vagas. Los itinerarios, presentados a última hora, eran documentos apócrifos, creados para mantener la ilusión viva un poco más. Finalmente, el silencio. La pareja desapareció, dejando a 37 personas con el corazón roto y los bolsillos vacíos.

La desesperación llevó a las víctimas a investigar por su cuenta, descubriendo la amarga verdad: habían sido engañadas. La indignación y la impotencia se mezclaron con la decepción. El sueño de pisar la Basílica, de presentar sus peticiones a la Virgen de Guadalupe, se había esfumado. Pero no se quedaron de brazos cruzados. Con la determinación de buscar justicia, presentaron una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Sonora. Tras una meticulosa investigación, las autoridades lograron capturar a los presuntos estafadores. Carlos Arturo “N” y Cinthia Yadira “N” ahora enfrentan cargos por fraude y se encuentran bajo prisión preventiva, a la espera de un juicio que determinará su responsabilidad en este lamentable suceso.

Este caso nos recuerda la importancia de ser cautelosos al contratar servicios turísticos, especialmente cuando se trata de viajes a destinos de alta demanda. Verificar la legitimidad de las agencias, exigir comprobantes de las reservaciones y desconfiar de ofertas demasiado buenas para ser verdad son medidas esenciales para evitar caer en las garras de estafadores que se aprovechan de la fe y la ilusión de las personas. La esperanza de las víctimas ahora recae en el sistema de justicia, confiando en que se aplique todo el peso de la ley a los responsables y se les obligue a resarcir el daño causado. Más allá de la pérdida económica, el daño emocional infligido a estas 37 personas es incalculable. Su fe, puesta a prueba, seguramente encontrará consuelo en la solidaridad de la comunidad y en la esperanza de que la justicia prevalezca.