
21 de julio de 2025 a las 09:30
Pacquiao: El Legado Continúa
La Ciudad del Pecado, escenario de tantas noches memorables, me ha vuelto a cautivar. Desde el fulgurante ascenso de Mike Tyson al trono del peso completo, hasta el reciente despliegue de maestría de Manny Pacquiao, Las Vegas no deja de sorprender. A sus 46 años, Pacquiao desafió al tiempo y a las críticas, ofreciendo un combate épico contra Mario Barrios. El empate declarado quizá no refleje la verdadera magnitud de su hazaña, pero la ovación del público y el respeto ganado esa noche resonarán por mucho tiempo.
Muchos cuestionaron la decisión del WBC de autorizar la pelea, señalando la edad de Pacquiao y su inactividad. Hoy, tras presenciar su entrega y coraje, invito a esos críticos a reconsiderar su postura. La historia de Pacquiao, desde la pobreza extrema hasta la cima del boxeo mundial, es un testimonio de perseverancia y superación. Desde su primer título mundial en peso mosca del WBC en 1998, hasta convertirse en el único campeón en ocho categorías, ha demostrado una y otra vez su grandeza, venciendo a leyendas como De la Hoya, Cotto, Morales, Márquez y Barrera.
Su súplica para regresar al ring, con el anhelo de ceñirse el cinturón verde y oro del WBC una vez más antes de su retiro, fue conmovedora. Tras rigurosos exámenes médicos y la aprobación de la Comisión de Boxeo de Nevada, el WBC dio luz verde a este combate histórico.
La atmósfera de la semana previa a la pelea fue electrizante. La prensa internacional, la fervorosa afición, la emotiva ceremonia de lectura de la Biblia y los cánticos de "Manny, Manny, Manny" durante el combate crearon una experiencia inolvidable. Fue un regreso triunfal, una victoria moral que trasciende el resultado oficial.
La cartelera completa fue un festín para los aficionados. El dramático y sangriento triunfo de Sebastian Fundora sobre Tim Tszyu, y la conquista del cinturón interino superligero del WBC por parte del "Pitbull" Cruz contra Omar Salcido, añadieron aún más brillo a la noche.
Reflexionando sobre mis casi 40 años de visitas a Las Vegas, recuerdo cómo el boxeo, junto a figuras como Frank Sinatra, Liberace y Elvis Presley, consolidó la identidad de esta ciudad. Desde la era dorada del Caesars Palace, con Ali, Holmes, Leonard, Hagler, Hearns y Durán, hasta la hegemonía actual del MGM, el boxeo ha sido un imán para las multitudes.
El Mirage, con su volcán y palmeras, marcó un nuevo capítulo en la historia de Las Vegas, inaugurándose con la tercera pelea entre Leonard y Durán. Luego llegó el MGM, el hotel más grande del mundo, convirtiéndose en la casa de Tyson, Chávez, De la Hoya, Mayweather, Canelo y, por supuesto, Pacquiao, quien celebró ahí su decimosexta pelea. El Mandalay Bay también tuvo sus momentos de gloria, albergando combates de De la Hoya, Lewis y la primera batalla entre Morales y Barrera.
Recuerdo con cariño los viajes a Las Vegas con mi padre. Su pasión por la gastronomía nos llevó a lugares como Piero's, Tillerman, Chins y su favorito, MoonGate. Él me enseñó a valorar cada momento y a conservar la capacidad de asombro, una lección que atesoro cada vez que regreso a esta fascinante ciudad.
Por Mauricio Sulaimán
Presidente del CMB
@WBCMORO
Fuente: El Heraldo de México