La octava sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, celebrada en la Ciudad de México, ha marcado un hito en la consolidación de nuestro partido-movimiento. Más de 300 consejeras y consejeros, bajo el liderazgo de la presidenta nacional Luisa María Alcalde, nos reunimos para debatir y definir la ruta a seguir en los próximos años. Se abordaron cuatro ejes fundamentales: la organización territorial, el fortalecimiento municipal, la creación de un comité de incorporaciones y la reactivación del Consejo Consultivo Nacional. Estos cuatro pilares representan no solo una estrategia política, sino un compromiso renovado con los principios que nos dieron origen y con el pueblo de México.

El plan seccional, primer punto de la agenda, busca materializar el sueño del expresidente López Obrador: construir un comité de base en cada una de las 71,541 secciones electorales del país. Imaginen la fuerza de una red que se extiende a lo largo y ancho de México, escuchando las necesidades de cada comunidad, tejiendo lazos de solidaridad y construyendo soluciones desde la base. Esta organización capilar no es solo una estrategia electoral, es la garantía de una conexión permanente con la realidad, un escudo contra la manipulación mediática y la base de una verdadera democracia participativa. Una Morena enraizada en el territorio es una Morena invencible.

El segundo punto, el plan municipalista, responde a una necesidad urgente: conectar la gestión municipal con las demandas cotidianas de la gente. No podemos conformarnos con ser la primera fuerza política del país si no somos capaces de resolver los problemas concretos de cada municipio. Agua potable, pavimentación, alumbrado, recolección de basura: son las pequeñas grandes batallas que se libran en el día a día y que definen la calidad de vida de las personas. La homologación de políticas públicas clave y la capacitación a través de la Escuela Municipalista son herramientas esenciales para construir gobiernos locales eficientes, austeros y cercanos a la gente, verdaderos embajadores de la Cuarta Transformación.

La creación de una Comisión de Incorporaciones, tercer punto a tratar, surge de una preocupación legítima de nuestra militancia: garantizar que quienes se suman a Morena lo hagan compartiendo nuestros principios y valores, no buscando un botín electoral o un refugio oportunista. Como bien lo ha señalado el expresidente López Obrador, las alianzas son bienvenidas, siempre y cuando se construyan sobre la base de la honestidad, el compromiso y el servicio al pueblo, no de la ambición personal. Esta comisión será la garante de la congruencia ideológica y la pureza de nuestros objetivos.

Finalmente, la reactivación del Consejo Consultivo Nacional, integrado por intelectuales, académicos, científicos y artistas comprometidos con la transformación del país, nos permitirá enriquecer el debate público y el diseño de políticas públicas. Morena debe ser un espacio de pensamiento crítico, de análisis profundo y de propuestas innovadoras, capaz de marcar la agenda nacional con visión de futuro y perspectiva histórica. Este consejo será un crisol de ideas, un espacio de diálogo y un motor para la construcción de un México más justo y próspero.

Este Consejo Nacional ha sido un llamado a la unidad, a la organización y a la consolidación de nuestro movimiento. Debemos prepararnos para el 2027, sí, pero también para trascender las coyunturas electorales y construir un legado duradero para las futuras generaciones. El poder no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para transformar la realidad. Y esa transformación solo es posible con un movimiento fuerte, territorial, ético y, sobre todo, cercano al pueblo. El respaldo unánime a la presidenta Claudia Sheinbaum frente a las amenazas e intentos de injerencia, refleja la unidad y la determinación de Morena para defender la soberanía nacional y los principios de la Cuarta Transformación. Rechazamos el entreguismo opositor y llamamos a la unidad nacional para consolidar el proyecto de nación que el pueblo de México ha elegido.