
22 de julio de 2025 a las 02:15
Misterio en Nayarit: ¿Qué pasó con Carlos?
La tranquilidad del fin de semana en la Laguna de Santa María del Oro, Nayarit, se vio abruptamente interrumpida por una tragedia que ha dejado a la comunidad consternada. Un grupo de jóvenes, movidos por la despreocupación propia de la juventud, decidió adentrarse en las aguas de la laguna cerca de las 8 de la noche del sábado 19 de julio. Lo que parecía una inocente aventura nocturna se transformó rápidamente en una pesadilla. Minutos después de su ingreso, la alegría se convirtió en angustia: uno de los jóvenes no regresaba a la superficie.
La noticia corrió como reguero de pólvora, generando una ola de preocupación y desesperación entre los presentes. De inmediato se alertó a las autoridades de Protección Civil del municipio, quienes, lamentablemente, se vieron limitados en su capacidad de respuesta debido a la falta de personal. La esperanza se depositó entonces en la llegada de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Nayarit, quienes se sumaron a la búsqueda contra reloj.
Durante once largas horas, los equipos de rescate trabajaron incansablemente, luchando contra la oscuridad y la incertidumbre. Josh Ojeda, comandante de la CNE en Nayarit, quien encabezó el operativo, relató la ardua labor: "Trabajamos por lapsos de dos o tres horas, descansábamos y volvíamos a la búsqueda". Ojeda atribuyó la tragedia al "desconocimiento de la laguna, el no saber y no preguntar del tipo de cuerpo de agua que es". Y es que las profundidades de la laguna, que en algunos puntos alcanzan los 60 metros, la convierten en una trampa mortal para quienes se aventuran sin la debida precaución.
La complejidad de la situación obligó a la contratación de un buzo privado, ya que la profundidad y las condiciones del agua superaban la capacidad del personal de rescate. "Sumamos esfuerzos con un buzo", explicó el comandante Ojeda, quien también señaló las dificultades adicionales que presentaba el clima. "Estamos en tiempo de lluvias, bajan rollos del cerro y puede que haya corrientes debajo de la laguna. Tiene flora debajo de ella y eso hace que el agua esté más turbia, lo que complicó la búsqueda". Finalmente, gracias a la intervención del buzo, se logró localizar el cuerpo del joven.
Se presume que el grupo de jóvenes eran viajeros de "mochilazo", que tras instalar sus casas de campaña decidieron disfrutar de un baño nocturno en la laguna, sin imaginar el fatal desenlace. Este lamentable incidente pone de manifiesto la importancia de la prevención y la necesidad de informarse sobre las características de los cuerpos de agua antes de ingresar en ellos.
El comandante Ojeda hizo un llamado a la prudencia, recomendando no ingresar a este tipo de lagunas si se desconoce la zona. Asimismo, lamentó la ausencia de guardavidas en la laguna y la falta de personal de rescate acuático en hoteles y restaurantes cercanos. "Esa laguna no es para bañistas principiantes", advirtió. "El agua es muy densa, muy pesada, lo que dificulta emerger". La tragedia de Santa María del Oro sirve como un doloroso recordatorio de los riesgos que implica la imprudencia y la falta de precaución en entornos naturales. Es fundamental promover la educación sobre seguridad acuática y garantizar la presencia de personal capacitado para responder ante emergencias en lugares de recreación acuática. La vida de nuestros jóvenes es un tesoro invaluable que debemos proteger con responsabilidad y conocimiento.
Fuente: El Heraldo de México