La incansable labor de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se ha convertido en un ejemplo palpable de compromiso y dedicación. Su agenda, repleta de giras por todo el país, reuniones con diversos sectores de la sociedad, desde empresarios hasta representantes de la sociedad civil, y la ya emblemática "Mañanera del Pueblo", reflejan su inquebrantable determinación por impulsar el progreso de México. Más allá de las fronteras nacionales, su gestión en política exterior, especialmente en la relación con Estados Unidos, se caracteriza por una firme defensa de la soberanía nacional, demostrando que la cooperación internacional no está reñida con la protección de los intereses del país. La premisa es clara: cooperación sí, subordinación no.

La reciente reunión con empresarios nacionales es un claro ejemplo de su visión estratégica. El llamado a apostar por México y a acelerar la productividad como parte integral del Plan México, no es solo una petición, sino una invitación a la corresponsabilidad para construir un futuro próspero y equitativo. La respuesta del sector privado no se ha hecho esperar. La millonaria inversión anunciada por Grupo Bimbo, destinada a la modernización de plantas y la renovación de su flota vehicular para reducir emisiones, es una muestra del compromiso del sector empresarial con el desarrollo sostenible y la generación de empleos. Esta inversión no solo impulsa la economía, sino que también se alinea con los objetivos del Plan México, reafirmando la importancia de la colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada.

El Plan México, con sus ejes centrales en el fortalecimiento del mercado interno, el aumento del salario, la soberanía alimentaria y energética, y la reducción de la dependencia de importaciones de países sin tratados comerciales, se presenta como una hoja de ruta hacia un México más autosuficiente y próspero. Además, la continuidad de los programas sociales, enfocados en el bienestar de la población, consolida la visión de un gobierno comprometido con la justicia social.

Las recientes visitas de la Presidenta a los estados del sureste, centrándose en temas cruciales como la salud, la productividad y la revisión de programas sociales en Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Guerrero, demuestran su compromiso con el desarrollo integral del país, priorizando las regiones que históricamente han sido marginadas. Estas acciones no son aisladas, sino que forman parte de una estrategia integral que busca impulsar el crecimiento económico y social de todo el territorio nacional.

El Plan México, junto con los programas de bienestar y las iniciativas para la construcción de paz y la atención a las causas de la violencia, se erigen como los pilares fundamentales del gobierno. Esta visión integral busca no solo el crecimiento económico, sino también la construcción de una sociedad más justa, equitativa y pacífica. El llamado de la Presidenta Sheinbaum a la unidad y la colaboración es un llamado a la acción, una invitación a todos los sectores de la sociedad, desde empresarios e instituciones, hasta asociaciones civiles y los tres niveles de gobierno, a trabajar juntos para construir un México más fuerte y próspero.

A casi diez meses del inicio de la primera administración federal encabezada por una mujer, el camino recorrido reafirma el rumbo trazado hacia la consolidación de la transformación. La certeza de un futuro prometedor se construye día a día, con el trabajo incansable de la Presidenta y la participación activa de todos los mexicanos. Estamos ante una nueva etapa en la historia de México, una etapa de esperanza, de progreso y de unidad nacional.