
21 de julio de 2025 a las 09:55
Decide el futuro judicial
El reciente proceso de elección de juzgadores del Poder Judicial de la Federación, aunque culminado en la asignación de constancias por parte del INE, deja un reguero de interrogantes y controversias que apenas comienzan a ser abordadas. Más allá de la inminente toma de protesta, la fiscalización de las campañas y las impugnaciones presentadas configuran un escenario complejo que definirá el futuro inmediato del Poder Judicial.
La fiscalización de los recursos utilizados en las campañas, un terreno desconocido para muchos de los candidatos provenientes del ámbito judicial, se presenta como un desafío particular. La Comisión de Fiscalización del INE tiene la difícil tarea de aplicar criterios justos y equitativos, considerando la inexperiencia de los candidatos en el manejo de las reglas de financiamiento electoral. ¿Serán tan rigurosos como con los partidos políticos? ¿Se adaptarán las normas a esta nueva realidad? La respuesta a estas preguntas marcará un precedente importante para futuros procesos similares.
Por otro lado, la avalancha de impugnaciones recibidas por la Sala Superior del Tribunal Electoral añade otra capa de complejidad. La falta de información disponible para las candidaturas durante el proceso, especialmente en lo referente a la cadena de custodia de los votos, abre la puerta a cuestionamientos sobre la transparencia y la certeza de los resultados. A esto se suma la polémica en torno a los criterios de paridad de género. Si bien se cumplió con la asignación de un número igual o mayor de cargos a mujeres, la paridad horizontal, es decir, la distribución equitativa en los distintos niveles jerárquicos, sigue siendo un tema pendiente. La subrepresentación histórica de las mujeres en los puestos más altos del Poder Judicial exige una revisión profunda de los mecanismos utilizados para garantizar la igualdad de oportunidades.
Un punto particularmente preocupante es la improvisación que rodeó la verificación del requisito de promedio académico para las candidaturas. La falta de una metodología clara y la heterogeneidad de criterios aplicados generan dudas sobre la objetividad del proceso. Sumado a esto, la declaración de vacantes ante la inelegibilidad de ciertos candidatos, sin mayor justificación y con facultades cuestionables, deja un manto de incertidumbre sobre la legalidad de las decisiones tomadas.
Las recientes renuncias en el INE, particularmente en áreas clave como la Dirección Ejecutiva de Organización y Capacitación Electoral y la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, son un síntoma de la turbulencia que ha generado este proceso. Estas salidas, tras la crítica pública de la presidenta del INE en la conferencia matutina, plantean serias dudas sobre la autonomía de la autoridad electoral y la supuesta "exitosa" conclusión del proceso. ¿Se está utilizando la presión política para silenciar las voces críticas? ¿Se están sacrificando la experiencia y la profesionalidad en aras de la obediencia?
El futuro del Poder Judicial de la Federación se encuentra en un punto de inflexión. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas, tanto en la fiscalización de las campañas como en la resolución de las impugnaciones, tendrán un impacto profundo en la legitimidad y la credibilidad de la institución. La anunciada reforma electoral, que se asoma en el horizonte, deberá tomar en cuenta las lecciones aprendidas en este proceso para garantizar la transparencia, la equidad y la independencia del Poder Judicial. La ciudadanía, atenta a los acontecimientos, exige respuestas y espera que se respete el Estado de Derecho. El futuro del Poder Judicial, y en consecuencia del país, depende de ello.
Fuente: El Heraldo de México