
21 de julio de 2025 a las 18:45
Bebé muere con golpes: Fiscalía investiga
Una sombra de tristeza se cierne sobre la ciudad de Zamora, Michoacán, tras el fallecimiento de un pequeño de tan solo un año y once meses. El silencio de Eros, nombre con el que su madre lo identificaba, contrasta con el clamor de justicia que resuena en la comunidad. La noche del pasado sábado 19 de julio, la esperanza se apagó en la sala de urgencias del Hospital San José. La imagen de la madre y la abuela llegando con el niño inconsciente, una escena que ningún padre o abuelo debería presenciar, marca un antes y un después en sus vidas. El personal médico, tras realizar las evaluaciones pertinentes, confirmó la devastadora noticia: Eros ya no respiraba. Su pequeño cuerpo, que apenas comenzaba a explorar el mundo, guardaba las marcas de una violencia inexplicable. Hematomas y lesiones, silenciosos testigos de un sufrimiento que nadie debería padecer, encendieron las alarmas y obligaron a dar aviso a la Fiscalía General del Estado (FGE).
La falta de un acta de nacimiento, un documento que certifica la llegada a este mundo y que Eros, en su corta vida, no llegó a poseer, añade otra capa de complejidad a este doloroso caso. Originarios de la localidad de La Rinconada, municipio de Zamora, madre e hijo vivían una realidad que ahora es escudriñada por los investigadores. ¿Qué circunstancias rodeaban la vida de este pequeño? ¿Quién era responsable de su cuidado? ¿Cómo pudo ocurrir semejante tragedia? Son preguntas que flotan en el aire, demandando respuestas que la FGE se afana en encontrar.
La investigación, aún en sus etapas iniciales, se centra en el círculo familiar más cercano. La posibilidad de que un familiar directo esté involucrado en la muerte del bebé es una línea de indagación que las autoridades no descartan. Se analizan testimonios, se recopilan pruebas y se reconstruye minuciosamente la cronología de los hechos, buscando desentrañar la verdad detrás de esta tragedia que ha conmocionado a la comunidad. La justicia para Eros, ese pequeño ángel que partió demasiado pronto, se ha convertido en una prioridad. La sociedad zamorana espera con ansias el esclarecimiento de los hechos y que los responsables de este atroz crimen sean llevados ante la justicia. Mientras tanto, la memoria de Eros, un nombre que resonará como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de proteger a nuestros niños, permanecerá viva en los corazones de quienes exigen justicia. La lucha contra la violencia infantil es una tarea de todos y cada uno de nosotros. No podemos, ni debemos, permanecer indiferentes ante el sufrimiento de los más vulnerables.
El caso de Eros nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear redes de apoyo para las familias, fortalecer los mecanismos de protección a la infancia y promover una cultura de paz y respeto en nuestra sociedad. Sólo así podremos evitar que tragedias como esta se repitan y garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de crecer en un entorno seguro y lleno de amor. La justicia para Eros es un clamor que no debe ser silenciado.
Fuente: El Heraldo de México