
Inicio > Noticias > Crimen de honor
21 de julio de 2025 a las 08:40
Amor prohibido: tragedia en Pakistán
La tragedia vuelve a teñir de sangre las áridas tierras de Baluchistán. Una pareja, unida por el amor, yace sin vida en el desierto, víctimas de una tradición arcaica y cruel: el crimen de honor. El eco de los disparos que les arrebataron la vida resuena en las redes sociales, donde un video espeluznante documenta la ejecución. Las imágenes, crudas y desgarradoras, muestran a la joven, envuelta en un chal, caminando con una serenidad que contrasta con la barbarie que está a punto de sufrir. Siete pasos, una promesa rota y la descarga mortal que acaba con su vida. Su única petición, un último gesto de dignidad ante la injusticia: "Solo puedes dispararme, nada más". A su lado, su esposo, también víctima de la ciega ira de un consejo tribal que se erigió en juez y verdugo.
Este caso, lamentablemente, no es aislado. Es un reflejo de la profunda desigualdad y la violencia que aún sufren las mujeres en muchas partes de Pakistán. La promesa de un futuro juntos, truncada por la intolerancia y la adhesión a un código de "honor" que justifica la barbarie. Un código que silencia las voces de las mujeres, que las somete a la voluntad de sus familias y las priva del derecho fundamental a elegir su propio destino.
La detención de uno de los sospechosos es un primer paso, una pequeña luz de esperanza en la lucha contra la impunidad que a menudo rodea estos crímenes. Pero no es suficiente. Es necesario un cambio profundo, una transformación social que erradique de raíz la mentalidad que permite que estos actos atroces sigan ocurriendo.
La educación, la concienciación y la aplicación firme de la ley son las únicas armas que pueden romper el ciclo de violencia. Es imperativo que las autoridades pakistaníes redoblen sus esfuerzos para proteger a las mujeres, para garantizar su seguridad y para que la justicia alcance a todos los responsables de estos crímenes. No podemos permitir que la tradición se convierta en excusa para la barbarie. El amor no debe ser un crimen, y la vida de ninguna mujer debe ser sacrificada en el altar del llamado "honor".
Este caso nos interpela a todos, nos obliga a reflexionar sobre la importancia de defender los derechos humanos, la igualdad de género y la justicia. La memoria de esta joven pareja, asesinada por amar, debe servir como un recordatorio constante de la lucha que aún queda por librar. Una lucha por un futuro donde el amor triunfe sobre el odio, y donde la vida de cada mujer sea valorada y protegida. Es una lucha que nos concierne a todos, y que debemos afrontar con determinación y esperanza. Porque un mundo donde el amor es un crimen, es un mundo sin futuro.
Las cifras son alarmantes. Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, más de 400 crímenes de honor se registraron solo en 2024. Detrás de cada número, hay una historia de dolor, una vida truncada, una familia destrozada. Estas estadísticas nos recuerdan la urgencia de actuar, de no quedarnos indiferentes ante la barbarie. Cada caso es una llamada a la acción, una exigencia de justicia y un clamor por un cambio real.
Es necesario que la sociedad pakistaní en su conjunto se levante contra esta práctica atroz. Los líderes religiosos, los líderes comunitarios, las familias, todos tienen un papel que desempeñar en la erradicación de los crímenes de honor. El silencio es cómplice, la indiferencia es criminal. Debemos alzar la voz, denunciar la injusticia y exigir un cambio. El futuro de Pakistán, y el futuro de sus mujeres, depende de ello.
Fuente: El Heraldo de México