
20 de julio de 2025 a las 08:10
Dulce alerta: Riesgo oculto para la salud infantil
La alarma ha sonado. El popular dulce mexicano "Dedos de Indy", ese antojo ácido y picoso que ha deleitado a generaciones, se encuentra ahora en el ojo del huracán. Un reciente estudio realizado por la organización El Poder del Consumidor ha revelado la preocupante realidad detrás de su sabor adictivo: una bomba de azúcar, sodio y aditivos que pone en riesgo la salud, especialmente la de los más pequeños.
Imaginen 83 gramos de azúcar en tan solo 100 gramos de producto. Eso equivale a 16.6 cucharadas cafeteras de puro azúcar, una cantidad exorbitante que supera por mucho las recomendaciones diarias. A esto se suman 369 calorías y 2,110 miligramos de sodio, cifras que pintan un panorama alarmante y que han llevado a que el producto sea etiquetado con los tres sellos de advertencia: exceso de calorías, exceso de azúcares y exceso de sodio. Un cóctel explosivo que, consumido regularmente, puede detonar un sinnúmero de problemas de salud.
Las consecuencias de un consumo excesivo de azúcar son bien conocidas: caries, obesidad y un mayor riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta. Los niños, con sus organismos en desarrollo, son particularmente vulnerables a estos efectos. "Dedos de Indy", con su alta concentración de azúcar, se convierte en una amenaza silenciosa para su bienestar. No podemos normalizar el consumo de productos que, bajo la máscara de un sabor atractivo, esconden un peligro real para la salud de nuestros hijos.
Pero el azúcar y el sodio no son los únicos villanos en esta historia. El análisis también revela la presencia de los colorantes artificiales Rojo 40 y Amarillo 6, aditivos que han sido relacionados con hiperactividad y trastornos de conducta en niños. Diversos estudios científicos han encendido las alertas sobre estos ingredientes, poniendo en evidencia su potencial impacto negativo en el sistema neurológico infantil. De hecho, en la Unión Europea y otras regiones del mundo, estos colorantes se encuentran bajo estricta vigilancia.
Resulta paradójico que un producto que se comercializa como un dulce tradicional mexicano, evocando la nostalgia y el sabor de la infancia, contenga ingredientes tan controversiales. Su empaque llamativo y sus sabores populares, como el tamarindo con chile, son una estrategia de marketing que atrae irresistiblemente a los niños, una práctica que El Poder del Consumidor denuncia como publicidad engañosa.
La presentación atractiva y la familiaridad del producto disfrazan los riesgos reales de su consumo frecuente, especialmente en entornos como la escuela o el hogar, donde no siempre se cuenta con la información nutricional necesaria para tomar decisiones conscientes. Es fundamental que, como padres y consumidores responsables, estemos informados y tomemos medidas para proteger la salud de nuestros hijos.
El Poder del Consumidor, en su campaña por una alimentación más saludable, recomienda evitar el consumo de "Dedos de Indy" y optar por alternativas naturales. Preparar un dulce de tamarindo casero, sin aditivos ni exceso de azúcares, es una opción mucho más saludable y, además, una oportunidad para compartir en familia. En su página web, la organización ofrece deliciosas recetas que demuestran que lo rico y lo saludable pueden ir de la mano.
Finalmente, es crucial que las autoridades educativas y de salud refuercen las restricciones a la venta de productos ultraprocesados en las escuelas y implementen campañas de educación alimentaria dirigidas a padres y cuidadores. La salud de nuestros niños es una responsabilidad compartida, y debemos trabajar juntos para crear un entorno que promueva hábitos alimenticios saludables desde temprana edad. La información es poder, y en este caso, el poder de proteger a quienes más queremos.
Fuente: El Heraldo de México