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19 de julio de 2025 a las 04:00
Silencio y tristeza: El caso Luis de Llano
La historia de Sasha Sokol y Luis de Llano ha conmocionado a México y ha trascendido las fronteras, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra el abuso y la impunidad. La reciente ratificación de la condena por daño moral a De Llano por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no solo representa una victoria para Sasha, sino que sienta un precedente legal de enorme importancia. Este fallo deja claro que el tiempo no borra las cicatrices del abuso y que, aunque la vía penal pueda estar cerrada por la prescripción, la justicia civil puede y debe ofrecer reparación a las víctimas. Abre una puerta a la esperanza para quienes han sufrido en silencio y temían que sus voces nunca fueran escuchadas.
Más allá del ámbito jurídico, este caso ha desatado un debate social crucial sobre el poder, la fama y la cultura del silencio que durante demasiado tiempo ha protegido a los abusadores. La valentía de Sasha al alzar la voz ha inspirado a otras personas a compartir sus propias historias, rompiendo el muro de la impunidad y generando una ola de solidaridad. Sin embargo, la reacción de Julissa, hermana de Luis de Llano, añade una capa de complejidad al caso. Sus declaraciones ambiguas, transmitidas por "Ventaneando", generan interrogantes. ¿Es el miedo a las consecuencias lo que le impide tomar una postura clara? ¿O se trata de una lealtad familiar que la ciega ante la gravedad de los hechos? Su silencio, o mejor dicho, su falta de claridad, resulta doloroso para muchas personas, especialmente para aquellas que buscan referentes de apoyo y justicia en figuras públicas.
El contraste entre la firmeza de Sasha y la ambigüedad de Julissa pone de manifiesto las tensiones que existen dentro del propio entorno familiar del acusado. Es comprensible que la situación sea difícil para la familia De Llano, pero la neutralidad ante un caso de abuso infantil puede interpretarse como una forma de complicidad. La sociedad espera, con razón, que quienes ocupan posiciones de influencia se pronuncien con contundencia contra cualquier tipo de violencia, especialmente aquella dirigida a menores.
Este caso no solo se trata de Sasha y Luis de Llano; se trata de un cambio de paradigma en la forma en que abordamos el abuso. Se trata de construir una sociedad donde las víctimas se sientan seguras al denunciar y donde los abusadores sepan que sus actos tendrán consecuencias, sin importar el tiempo que haya transcurrido. El camino hacia la justicia es largo y complejo, pero la sentencia de la SCJN es un paso firme en la dirección correcta. Queda por ver cómo este caso influirá en futuras legislaciones y en la conciencia colectiva. La conversación apenas comienza, y es fundamental que se mantenga viva para que se sigan produciendo cambios reales y duraderos. El futuro dependerá de nuestra capacidad para aprender de este caso y construir un mundo donde la infancia esté protegida y el abuso no tenga cabida.
Fuente: El Heraldo de México