
Inicio > Noticias > Medio Ambiente
20 de julio de 2025 a las 02:10
Iztapalapa reverdece: Mil plantas nativas en Cuitláhuac.
Iztapalapa respira hondo. Mil nuevos pulmones verdes laten ahora en el Parque Cuitláhuac, un espacio que resurge de las cenizas de lo que alguna vez fue un triste testimonio del descuido ambiental: un tiradero de basura. Hoy, gracias al programa Iztapalapa Verde y la unión de voluntades entre Fundación Azteca, Heineken y la alcaldía, este parque se consolida como un oasis de esperanza en la recuperación del oriente de la Ciudad de México. No se trata solo de números, sino de la vida que retoma su cauce. Imaginen la transformación: donde antes reinaban los desechos, ahora se yerguen orgullosos tepozanes, pochota, colorines, varaduz, guajes rojos, guamuchiles, huizaches, tronadoras… Una sinfonía de verdes y colores que pintan un futuro más prometedor. Y no solo árboles, también magueyes, tememetlas, nopales y dalias rojas, especies endémicas que tejen una red de vida, recordándonos la riqueza de nuestra tierra.
Este esfuerzo no es un evento aislado, sino parte de un ambicioso proyecto de reforestación continua. Adriana Bustamante Castellanos, directora general de Desarrollo Sustentable de la alcaldía, lo dejó claro: Iztapalapa aún tiene una deuda histórica en materia de áreas verdes, una herencia de políticas urbanas que privilegiaron el cemento sobre la naturaleza. Pero la historia está cambiando. Cada árbol sembrado es un paso hacia un futuro más verde, un acto de justicia para una comunidad que merece respirar aire puro y disfrutar de la belleza natural.
La reforestación del Parque Cuitláhuac es un ejemplo de cómo la colaboración entre el sector público y privado, sumada a la participación ciudadana, puede lograr grandes transformaciones. No basta con sembrar, es necesario cuidar, proteger y mantener estos espacios. Cada árbol necesita un guardián, y cada habitante de Iztapalapa puede ser ese guardián. Imaginen a las familias disfrutando de la sombra de estos árboles, a los niños jugando entre sus ramas, a los jóvenes encontrando un espacio de recreación sano y a los adultos mayores respirando aire fresco. Ese es el futuro que estamos construyendo juntos.
Más allá de su función ecológica, el Parque Cuitláhuac se convierte en un símbolo de resiliencia, un testimonio de que es posible revertir el daño ambiental y construir un futuro sostenible. Es un espacio de remediación, sí, pero también de recreación, de convivencia y de esperanza. Un recordatorio de que la naturaleza siempre encuentra la manera de renacer, y que nosotros, como ciudadanos, tenemos la responsabilidad de acompañarla en ese proceso. La invitación está abierta: súmate a esta iniciativa, adopta un árbol, cuida el parque, sé parte del cambio. Iztapalapa Verde es un proyecto de todos.
Fuente: El Heraldo de México