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19 de julio de 2025 a las 19:20
Impulso histórico a comunidades indígenas de El Tajín.
En el corazón de la exuberante vegetación de Papantla, Veracruz, un hecho histórico se ha escrito en la tierra fértil de El Tajín. No se trata de un descubrimiento arqueológico, sino de la construcción de un futuro más próspero para 2,600 comunidades indígenas y afromexicanas. La entrega directa de tarjetas del Banco del Bienestar, cargadas con los recursos del FAISPIAM (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas), representa mucho más que una simple transferencia de fondos: es la materialización de un compromiso con la autodeterminación y el empoderamiento comunitario.
Imaginen la escena: bajo el sol veracruzano, la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, y la gobernadora Rocío Nahle García, entregan personalmente estas tarjetas, un símbolo tangible del poder que ahora reside en las manos de las comunidades. No son intermediarios, ni burocracia, sino un contacto directo entre el gobierno y la gente, un puente tendido hacia el progreso. "Cuídenla, guárdenla, adminístrenla bien", son las palabras de Montiel Reyes, no como una advertencia, sino como una muestra de confianza en la sabiduría ancestral de quienes, por generaciones, han cuidado y preservado su cultura y sus tierras.
Esta iniciativa, impulsada por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, es un eco resonante de la reforma al artículo 2 constitucional, que reconoce a las comunidades indígenas como sujetos de derecho con voz propia. Ya no son meros receptores de ayuda, sino protagonistas de su propio desarrollo. El FAISPIAM es la herramienta que les permitirá construir el futuro que desean, ladrillo a ladrillo, proyecto a proyecto.
Y aquí, en este punto, es crucial destacar el rol fundamental de las mujeres. "Serán las mujeres las responsables de administrar este fondo", afirma Montiel Reyes, reconociendo la fuerza, la organización y la capacidad de gestión que históricamente han demostrado las mujeres en las comunidades. Ellas son el motor silencioso que impulsa el cambio, las guardianas del bienestar familiar y comunitario.
El FAISPIAM no se limita a entregar dinero. Es una inversión en la dignidad, en la autonomía y en el futuro. Agua potable, alcantarillado, drenaje, electrificación, escuelas, centros de salud, viviendas dignas… son las piezas fundamentales para construir un porvenir más justo y equitativo. Son los cimientos de un México donde todas las voces sean escuchadas, donde todos los sueños tengan la oportunidad de florecer.
La presencia del director general del FAIS, José Antonio Aguilar Castillejos, y del delegado de Bienestar, Juan Javier Gómez Cazarín, junto a otros servidores públicos, subraya la importancia de este evento. No es un acto aislado, sino parte de una estrategia integral para transformar la realidad de las comunidades indígenas y afromexicanas.
El camino hacia el progreso no se recorre en solitario. El apoyo de los servidores de la nación, quienes han trabajado incansablemente en la organización de las Asambleas Comunitarias y en la operación de los Programas para el Bienestar, es un testimonio del compromiso del gobierno con el bienestar de todos los mexicanos.
En El Tajín, se respira un aire de esperanza, un optimismo contagioso que se propaga por las comunidades. La entrega de las tarjetas del Banco del Bienestar es el primer paso de un largo camino, un camino que se construye con la participación de todos, con la fuerza de la unidad y con la visión de un futuro mejor. Un futuro donde la riqueza cultural y la sabiduría ancestral se unen al progreso y la modernidad, para crear un México más inclusivo, más justo y más próspero.
Fuente: El Heraldo de México