
19 de julio de 2025 a las 10:10
El Regreso de Pilar Calvo
Sumérjanse en un universo de color y trazo, un viaje a través del tiempo para redescubrir a una artista magistral: Pilar Calvo. Tras décadas de injusto silencio, su obra resurge con fuerza en la exposición Travesías de lazo y color del Museo Nacional de San Carlos, una oportunidad imperdible para contemplar la belleza y la precisión de una pintora excepcional. Imaginen un mundo donde la delicadeza del retrato se fusiona con la intensidad de la narrativa, donde la pincelada precisa construye mundos llenos de vida y emoción. Ese es el mundo de Pilar Calvo, una artista que, a pesar de su prolífica carrera y reconocimiento en vida, fue inexplicablemente relegada al olvido por la historia del arte.
La exposición, un acto de justicia histórica según el director del museo, Jorge Reynoso, nos invita a recorrer la trayectoria de esta artista polifacética a través de una cuidada selección de óleos, acuarelas, porcelanas e incluso un fresco, rescatados de colecciones privadas y del círculo íntimo de la artista. Cada pieza es una ventana a su alma, un testimonio de su virtuosismo técnico y su sensibilidad única. Raquel Fundia Comisarenco, curadora de la muestra, nos guía en este fascinante recorrido, desvelando los misterios de una artista que desafió las convenciones de su época.
Imaginen a Pilar Calvo, joven y apasionada, perfeccionando su técnica con una disciplina férrea, desde la delicada pintura sobre porcelana hasta las rigurosas clases de anatomía y paisaje al aire libre en la academia de Germán Gedovius. Su formación, excepcional para una mujer de su tiempo, sentó las bases de un estilo figurativo refinado y técnicamente impecable, que se desmarcaba tanto del muralismo social como de las vanguardias cosmopolitas. Esta independencia, sumada a su género y a su apego a la academia, quizá explique su posterior invisibilidad, una injusticia que esta exposición se propone reparar.
Más allá de las pinceladas y los colores, la exposición nos revela la historia de una mujer que se atrevió a desafiar las normas. En un mundo donde la voz femenina a menudo era silenciada, Pilar Calvo alzó la suya a través de su arte. Su autorretrato de 1944, pieza central de la muestra, es un manifiesto de autoafirmación, una mirada directa y desafiante que nos interpela desde el lienzo. Con su bata de artista y el pincel en mano, Pilar Calvo se presenta ante nosotros no como objeto, sino como sujeto, como creadora de su propio destino.
Pero la historia de Pilar Calvo no se limita a su obra individual. Fue también mentora y amiga de otras artistas, como Carmen Jiménez Labora, con quien compartió un viaje de estudios a Europa, siguiendo la tradición del Grand Tour. Juntas, tejieron una red de apoyo y colaboración femenina en un mundo dominado por hombres. La exposición nos invita a descubrir no solo a la artista, sino también a la mujer, a la amiga, a la maestra. Nos invita a reconocer su legado y a celebrar su contribución al arte mexicano del siglo XX. No se pierdan esta oportunidad única de conectar con la sensibilidad y la fuerza de Pilar Calvo, una artista que, finalmente, reclama el lugar que le corresponde en la historia del arte.
Fuente: El Heraldo de México