
19 de julio de 2025 a las 23:25
¡Brugada exige regreso de íconos revolucionarios!
En el corazón de la Ciudad de México, un debate sobre arte, historia y política se ha encendido en torno a las esculturas de Ernesto "Che" Guevara y Fidel Castro. Retiradas del Jardín Tabacalera por la alcaldía Cuauhtémoc, estas figuras de bronce, congeladas en un encuentro aparentemente casual en una banca, han desatado una controversia que trasciende el simple emplazamiento de un monumento. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha entrado en la arena, solicitando la devolución de las esculturas para reubicarlas en un lugar "emblemático" del centro histórico, en colaboración con el Gobierno Federal. Se argumenta que su retiro no se ajustó a los protocolos establecidos, abriendo un nuevo frente en la discusión sobre la preservación del patrimonio artístico y la memoria histórica.
Más allá de la burocracia y los procedimientos legales, la esencia del debate reside en la significación de estas figuras. Para muchos, representan la lucha por la autodeterminación de los pueblos, la soberanía nacional y la solidaridad entre naciones. Son símbolos de un ideal revolucionario que, a pesar del paso del tiempo, continúa resonando en ciertos sectores de la sociedad. Para otros, sin embargo, su presencia en el espacio público genera incomodidad, evocando un pasado complejo y controvertido. La figura del Che, en particular, despierta pasiones encontradas, considerado por algunos un héroe romántico y por otros un personaje autoritario. Este choque de interpretaciones es precisamente lo que convierte a este caso en un microcosmos de las tensiones ideológicas que aún permean en nuestra sociedad.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, ha defendido la remoción argumentando la falta de un procedimiento legal adecuado para su colocación. La ausencia de la cédula obligatoria del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos (COMAEP) se presenta como el argumento principal para justificar el retiro. Sin embargo, este tecnicismo legal no logra acallar las voces que ven en la decisión un intento de borrar un capítulo incómodo de la historia. El Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba ha alzado la voz, exigiendo la restitución de las esculturas y denunciando lo que consideran un acto de censura.
La propuesta de reubicar las esculturas en un lugar "simbólico" del centro histórico abre nuevas interrogantes. ¿Qué lugar sería el adecuado para estas figuras? ¿Cómo asegurar que su nueva ubicación no genere nuevas controversias? La elección del emplazamiento se convertirá, sin duda, en un nuevo capítulo de este debate. Se busca un equilibrio entre el reconocimiento de su valor histórico y la sensibilidad de un espacio público compartido por diversas ideologías y perspectivas. La historia de estas esculturas se convierte así en un espejo de la complejidad de nuestra memoria colectiva, donde la línea entre el héroe y el villano, el símbolo y la provocación, se difumina en la interpretación de cada observador. El futuro de estas figuras de bronce, sentadas en silencio en una banca, está aún por escribirse, y su destino final, sin duda, dejará una huella en el paisaje urbano y en la memoria colectiva de la Ciudad de México.
Fuente: El Heraldo de México