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20 de julio de 2025 a las 01:55
Bienestar llega a comunidades indígenas de Chihuahua
En un paso significativo hacia la autogestión y el empoderamiento de las comunidades indígenas, la Secretaría de Bienestar, liderada por Ariadna Montiel, ha comenzado la entrega de tarjetas del Banco del Bienestar a mujeres tesoreras. Este proceso, crucial para la implementación del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas (FAISPIAM), marca un hito en la administración directa de recursos destinados a obras de infraestructura social básica. Imaginen la transformación: comunidades decidiendo su propio futuro, sin intermediarios, con el poder en sus manos para construir el bienestar que merecen.
Este no es simplemente un acto de entrega de tarjetas, es la materialización de un compromiso con la justicia social, con el reconocimiento de la sabiduría ancestral y la capacidad de gestión de los pueblos originarios. Son más de 12 mil millones de pesos que fluyen directamente hacia las comunidades, un caudal de esperanza que se traduce en proyectos tangibles, en mejoras que impactarán directamente en la calidad de vida de miles de personas. Desde la Sierra de Chihuahua hasta cada rincón del país, este fondo está sembrando las semillas del progreso, impulsando el desarrollo desde la raíz, desde el corazón mismo de las comunidades.
El agua potable, un derecho fundamental, llegará a hogares que antes sufrían por su escasez. Sistemas de drenaje dignos reemplazarán las viejas prácticas, mejorando la salud y la higiene. Letrinas, electrificación, viviendas más seguras y confortables, escuelas donde los niños puedan aprender y crecer, centros de salud que brinden atención oportuna y de calidad: estas son las obras que, gracias al FAISPIAM, se convertirán en realidad.
Pero lo más importante es que estas obras no son impuestas desde arriba, sino que nacen del consenso, del diálogo, de las asambleas comunitarias donde se escuchan todas las voces, donde se respetan las formas tradicionales de organización y gobierno. Es la propia comunidad la que decide qué necesita, cómo lo necesita y quién se encargará de administrar los recursos. Este es el verdadero significado de la autonomía, la base de un desarrollo sostenible y verdaderamente transformador.
Las mujeres tesoreras, guardianas de la confianza depositada en ellas, asumen la responsabilidad de manejar los fondos con transparencia y eficiencia. Su papel es fundamental para garantizar que cada peso se invierta de la mejor manera posible, maximizar el impacto de las obras y construir un futuro más próspero para sus comunidades.
La Presidenta Claudia Sheinbaum, en el marco del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, refrenda su compromiso con los pueblos indígenas. No se trata solo de continuar los Programas de Bienestar, sino de fortalecerlos, de ampliar su alcance y profundizar su impacto. Se trata de construir un México más justo e inclusivo, donde los pueblos originarios tengan el lugar que les corresponde, donde su voz sea escuchada y sus derechos sean respetados.
La presencia de funcionarios federales como José Antonio Aguilar Castillejos, director del FAIS, y Luis Cruz Nieva, del Registro Agrario Nacional, así como de representantes de las comunidades indígenas, da testimonio de la importancia de este evento. Es una muestra del trabajo conjunto, de la coordinación entre diferentes instancias de gobierno y la participación activa de la sociedad civil, elementos clave para el éxito de esta iniciativa.
El FAISPIAM no es solo un fondo, es una inversión en el futuro de México, un reconocimiento a la riqueza cultural y la capacidad de gestión de los pueblos indígenas. Es una apuesta por un desarrollo integral, donde el progreso económico vaya de la mano con la justicia social, el respeto a la diversidad y la preservación del medio ambiente. Es, en definitiva, un paso firme hacia un México más justo, equitativo y próspero para todos.
Fuente: El Heraldo de México