La comunidad sonidera mexicana está de luto. La alegría y la música se vieron truncadas por la violencia que arrebató la vida de Iván Zárate, "El Black", en un trágico suceso ocurrido la noche del 17 de julio en Monterrey, Nuevo León. Lo que prometía ser una noche de fiesta y baile se transformó en una escena de terror cuando un individuo, aún sin identificar, abrió fuego contra el reconocido sonidero en pleno evento.

Minutos antes de la tragedia, las redes sociales de Zárate reflejaban la vibrante atmósfera del baile, la energía del público y la pasión que "El Black" imprimía en cada presentación. La felicidad palpable en esas imágenes contrasta dramáticamente con el horror que se desató posteriormente. Testigos presenciales describen cómo, en medio de la música y el baile, un hombre se aproximó al escenario y, sin mediar palabra, disparó directamente contra Iván, quien, con sus audífonos puestos, no pudo percibir la amenaza que se cernía sobre él. La música se silenció abruptamente, reemplazada por los gritos de pánico de los asistentes que corrían despavoridos buscando refugio.

Los dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el torso, resultaron fatales. A pesar de los esfuerzos por trasladarlo a un hospital cercano en un vehículo particular, "El Black" fue declarado sin vida a su llegada. Con tan solo 33 años, su prometedora carrera en la escena sonidera se vio truncada de manera violenta e inesperada. Deja un vacío irreparable en la comunidad musical y un profundo dolor entre sus seguidores, quienes lo recuerdan por su carisma, su energía contagiosa y su innegable talento.

Las autoridades han iniciado las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y dar con el responsable de este crimen. Hasta el momento, no hay detenidos y el móvil del asesinato permanece desconocido, dejando un manto de incertidumbre sobre las circunstancias que rodearon la tragedia. Se especula sobre un posible ajuste de cuentas, pero ninguna hipótesis ha sido confirmada.

La muerte de Iván Zárate no solo representa la pérdida de un talentoso músico, sino también un reflejo de la violencia que permea nuestra sociedad. "El Black" era más que un sonidero; era un símbolo de la cultura popular, un artista que conectaba con la gente a través de la música. Su partida deja un profundo pesar en la comunidad sonidera del norte del país, donde era una figura querida y respetada. Apenas dos días antes de su muerte, celebraba con entusiasmo haber alcanzado los mil seguidores en sus redes sociales, un hito que demostraba el creciente reconocimiento a su trabajo. Hoy, esas mismas redes sociales se inundan de mensajes de condolencias, recuerdos y exigencias de justicia. La música está de luto, y la pregunta que resuena es ¿hasta cuándo la violencia seguirá silenciando las notas de la alegría?