
18 de julio de 2025 a las 18:15
Sheinbaum vs Uber: ¿Quién paga la reforma?
La reciente decisión de Uber de aumentar sus tarifas ha generado una ola de controversia y rechazo, especialmente por parte del gobierno mexicano. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha sido particularmente crítica con la medida, calificándola de injustificada y señalando directamente a la empresa por intentar trasladar al consumidor final el costo de la seguridad social de sus repartidores. Este argumento, según Sheinbaum, no tiene fundamento, ya que Uber, con sus "impresionantes ganancias", tiene la capacidad de absorber estos costos sin afectar el bolsillo de los usuarios.
La reforma laboral, que ha logrado la inscripción de más de 400,000 repartidores en el Seguro Social, es un hito histórico, convirtiendo a México en pionero a nivel mundial en la protección social de los trabajadores de plataformas digitales. Este logro, un motivo de orgullo para la administración actual, busca dignificar las condiciones laborales de un sector que, hasta hace poco, se encontraba en un limbo legal y sin las garantías básicas de seguridad social. La postura de Uber, por lo tanto, se percibe como un intento de socavar este avance y de eludir su responsabilidad social.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no se ha quedado atrás en las críticas, condenando enérgicamente el aumento unilateral de las tarifas. Según la STPS, este incremento no solo viola los acuerdos previos alcanzados con la empresa, sino que también se produce de manera prematura, sin una evaluación precisa del impacto real de la reforma en los costos operativos. La dependencia gubernamental ha reiterado su compromiso con la protección de los trabajadores y ha advertido que no tolerará prácticas empresariales que busquen trasladar injustamente los costos a los consumidores y trabajadores.
El debate en torno a las tarifas de Uber pone de manifiesto una tensión fundamental en la economía digital: la búsqueda del equilibrio entre la rentabilidad empresarial, los derechos laborales y la protección del consumidor. Mientras Uber argumenta que el aumento es necesario para cubrir los costos de la nueva legislación, el gobierno y sectores de la sociedad civil lo ven como una estrategia oportunista para maximizar sus beneficios a costa de la precarización laboral y el aumento del costo de vida. La pregunta que queda en el aire es si esta controversia abrirá un diálogo constructivo para regular de manera justa el funcionamiento de las plataformas digitales o si, por el contrario, derivará en una confrontación que perjudique tanto a las empresas como a los trabajadores.
Es importante analizar el modelo de negocio de estas plataformas, como bien señala la STPS. Un modelo que, según la dependencia, se basa en la extracción de riqueza directamente del trabajo de los repartidores, quienes asumen la inversión en herramientas y equipos necesarios para desempeñar su labor. Esta situación de vulnerabilidad hace aún más necesaria la intervención del Estado para garantizar condiciones laborales justas y dignas.
En los próximos días, se espera que el diálogo entre el gobierno y Uber continúe. La solución a este conflicto sentará un precedente importante para la regulación de las plataformas digitales en México y podría influir en la forma en que otros países abordan los desafíos que plantea la economía digital. La atención pública está puesta en el desarrollo de estos acontecimientos y en la capacidad de las partes involucradas para encontrar una solución que beneficie a todos.
Fuente: El Heraldo de México