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18 de julio de 2025 a las 06:20

Domina tu Celular: Guía Científica

La dependencia al smartphone: una realidad del siglo XXI que nos roba la vida minuto a minuto. Pasamos casi cinco horas diarias pegados a la pantalla, revisándola compulsivamente cerca de 60 veces. Si bien lo justificamos con la necesidad de socializar, trabajar o estar informados, en el fondo sabemos que esa necesidad se ha transformado en una adicción, una dependencia comparable al juego o los videojuegos, donde la sustancia adictiva no es una droga, sino la constante estimulación que nos proporciona el dispositivo. Nos hemos convertido en esclavos de las notificaciones, de los "likes", de la necesidad de estar conectados 24/7, perdiendo la conexión con el mundo real, con las personas que nos rodean, incluso con nosotros mismos.

¿Cómo identificar si hemos cruzado la línea de la simple costumbre a la adicción? La ciencia nos da algunas pistas: ansiedad ante la idea de no tener el móvil a mano, irritabilidad cuando nos interrumpen mientras lo usamos, incapacidad para controlar el tiempo que pasamos conectados, abandono de otras actividades que antes disfrutábamos, e incluso síntomas de abstinencia como nerviosismo, dificultad para concentrarse o insomnio cuando nos separamos del teléfono. Estos son signos inequívocos de que necesitamos ayuda.

Afortunadamente, la ciencia también nos ofrece soluciones, aunque no existe una fórmula mágica. Cada persona debe encontrar el método o la combinación de métodos que mejor se adapte a su situación. El reentrenamiento conductual es la base de muchas de estas estrategias. Por ejemplo, establecer límites de tiempo de uso, desactivar las notificaciones no esenciales, crear "zonas libres de tecnología" en casa, recuperar aficiones que nos obliguen a desconectar, practicar mindfulness para enfocarnos en el presente y no en la pantalla, o buscar apoyo en grupos de ayuda o terapia.

El camino para liberarnos de las garras del smartphone no es fácil, requiere esfuerzo, constancia y, sobre todo, reconocer que tenemos un problema. Cuanto antes lo aceptemos, antes podremos empezar a recuperar el control de nuestras vidas. No se trata de demonizar la tecnología, sino de utilizarla de forma inteligente, que nos sirva a nosotros y no al revés. Debemos aprender a disfrutar del silencio, de la conexión real con las personas, de la belleza del mundo que nos rodea, sin la mediación de una pantalla.

Recordemos que la vida real está ahí afuera, esperando a ser vivida. No permitamos que la adicción al smartphone nos robe la oportunidad de experimentarla plenamente. Si sientes que estás perdiendo el control, no dudes en buscar ayuda profesional. Tu salud mental y tu bienestar lo valen. No estás solo en esta lucha. Hay recursos disponibles para ayudarte a recuperar tu libertad digital y a vivir una vida más plena y conectada, pero conectada con lo verdaderamente importante.

Es hora de preguntarnos: ¿quién controla a quién? ¿Nosotros al teléfono o el teléfono a nosotros? La respuesta, y la solución, está en nuestras manos. Literalmente.

Fuente: El Heraldo de México