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19 de julio de 2025 a las 02:10
Domina TikTok: ¡Verdad vs. Mentira!
En el vertiginoso mundo digital, TikTok se ha erigido como un titán de la información, especialmente para las nuevas generaciones. Su formato ágil y atractivo cautiva a millones, pero esta misma virtud se convierte en un arma de doble filo al facilitar la propagación de noticias falsas, un fenómeno que se camufla entre bailes virales y retos divertidos. A diferencia de la desinformación tradicional, en TikTok la mentira se disfraza de entretenimiento, lo que dificulta su identificación. Un estudio de NewsGuard en 2022 reveló que casi el 20% de las búsquedas en TikTok arrojan resultados con información falsa o engañosa, una cifra alarmante que pone en evidencia la vulnerabilidad de los usuarios, muchos de los cuales confían más en esta plataforma que en los medios tradicionales.
El algoritmo de TikTok, en su afán por maximizar la interacción, prioriza el contenido polémico y emocional, sin importar su veracidad. Esto crea un ecosistema donde la mentira, envuelta en un atractivo empaque digital, puede alcanzar una viralidad explosiva. La ausencia de mecanismos robustos de verificación y la falta de transparencia sobre la fuente de la información contribuyen a este problema. A diferencia de los medios tradicionales, donde existen filtros editoriales y mecanismos de control de calidad, en TikTok cualquier usuario puede convertirse en emisor, sin importar su conocimiento o credibilidad.
Expertos en comunicación y tecnología advierten sobre los peligros de esta dinámica. Enrique Garduño, creador de contenido político, señala que la búsqueda de la viralidad a toda costa ha llevado a muchos comunicadores a priorizar las noticias que generan mayor interacción, incluso si son falsas o distorsionadas. Garduño destaca la importancia de implementar mecanismos de verificación, como la propuesta de X (antes Twitter), para combatir la desinformación sin coartar la libertad de expresión.
Desde la psicología, Haydee Mancilla, experta en psicología clínica, subraya que el algoritmo de TikTok está diseñado para retener la atención, no para educar. Mancilla aboga por una educación integral que fomente el pensamiento crítico y la regulación emocional, para que los usuarios puedan discernir entre la información veraz y la manipulación. Si bien reconoce el potencial educativo de TikTok, advierte sobre los riesgos de un consumo pasivo e irreflexivo.
La brevedad de los videos y la velocidad con la que se suceden propician un consumo superficial, donde las emociones prevalecen sobre el análisis crítico. Esto facilita la infiltración de información falsa, que se mimetiza con el entretenimiento. Sin embargo, no todos los expertos ven a TikTok como un villano. Algunos, especialmente en el campo de la psicología, lo consideran una oportunidad para conectar con las nuevas generaciones y comprender sus códigos de comunicación.
TikTok puede ser una herramienta educativa e informativa, siempre y cuando se utilice con conciencia. Existen perfiles que comparten contenido de valor en áreas como ciencia, salud mental y economía. El desafío radica en educar a los jóvenes para que puedan distinguir entre la información útil y la desinformación. Rechazar esta nueva forma de comunicación sería desconectarse de una realidad cultural y mediática global.
Una encuesta realizada a 30 estudiantes universitarios reveló que el 100% utiliza TikTok como fuente de información sobre temas sociales, políticos y de salud. Si bien el 66.7% reconoció haber detectado noticias falsas, un preocupante 53.3% confía en la información de la plataforma, y solo el 10% de este grupo verifica la veracidad de las fuentes. Estos datos evidencian la necesidad de fortalecer la educación mediática entre los jóvenes.
La desinformación en TikTok trasciende el ámbito virtual y tiene consecuencias en el mundo real, desde decisiones de salud erróneas hasta la radicalización política. La proliferación de noticias falsas sobre la pandemia y las vacunas es un ejemplo palpable de los riesgos. En el ámbito político, TikTok se ha utilizado para difundir propaganda y manipular la opinión pública. Además, la constante exposición a la desinformación puede generar ansiedad, tristeza e incluso miedo.
Ante esta problemática, los propios estudiantes universitarios proponen soluciones. Entre ellas, la implementación de un filtro que detecte y marque el contenido potencialmente falso, similar a lo que ya hacen otras redes sociales. También se destaca la importancia de la educación mediática desde temprana edad, para que los jóvenes desarrollen habilidades de pensamiento crítico y puedan discernir entre la información veraz y la manipulación.
Las plataformas como TikTok también deben asumir su responsabilidad, implementando algoritmos que prioricen la veracidad y fomentando la creación de contenido verificado por expertos. Finalmente, los usuarios tienen un papel crucial: verificar la información antes de compartirla, reportar las noticias falsas y seguir fuentes confiables.
TikTok no es el enemigo, sino un reflejo de nuestras deficiencias en el manejo de la información. La solución reside en una combinación de educación mediática, responsabilidad de las plataformas y participación activa de los usuarios. Aprender a utilizar TikTok de forma inteligente y crítica es fundamental para navegar en la era de la desinformación.
Fuente: El Heraldo de México