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18 de julio de 2025 a las 18:15

CDMX defiende estatuas: ¿Patrimonio en riesgo?

La inesperada desaparición del Monumento Encuentro, mejor conocido como "La Banca del Che y Fidel", de la colonia Tabacalera ha desatado una controversia que pone en relieve la importancia de preservar el patrimonio artístico y cultural de la Ciudad de México. Más allá de la figura de los personajes representados, Ernesto "Che" Guevara y Fidel Castro, la obra del artista Óscar Ponzanelli se había convertido en un elemento identitario del barrio, un recordatorio tangible de un encuentro histórico que marcó el rumbo de la Revolución Cubana. Su retiro sin la autorización del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos (COMAEP) no solo vulnera la legalidad, sino que también ignora el valor simbólico y la memoria histórica que la obra representaba para la comunidad.

La instalación de la escultura en 2017 no fue un acto arbitrario. Fue el resultado de una solicitud vecinal, un deseo colectivo de preservar la historia de su barrio, de aquel encuentro fortuito en la calle José de Emparán número 49, donde dos jóvenes revolucionarios trazaron el futuro de Cuba. Este proceso, llevado a cabo con la aprobación del COMAEP, demuestra la importancia de la participación ciudadana en la construcción del paisaje urbano y la preservación de la memoria colectiva. El retiro unilateral de la obra, sin consulta ni dictamen alguno, desconoce este proceso y deja en evidencia una falta de respeto hacia la comunidad y sus decisiones.

El argumento de la "recuperación de espacios" esgrimido para justificar la remoción resulta insuficiente y evade la cuestión central: la protección del patrimonio artístico. La ley es clara: cualquier intervención sobre obras artísticas en espacios públicos debe ser dictaminada por el COMAEP, un órgano colegiado compuesto por expertos del INAH, INBAL, representantes de la sociedad civil y diversas dependencias gubernamentales. No se trata de burocracia, sino de un mecanismo esencial para garantizar la preservación del patrimonio común. El arte en el espacio público no es un adorno removible a capricho de las autoridades, sino un elemento vital que enriquece la vida urbana y construye la identidad de una ciudad.

La obra de Ponzanelli, fundida en bronce y concebida como una pieza de cuerpo completo, trasciende la mera representación de dos figuras históricas. Es una pieza artística con valor propio, un recordatorio de la etapa en que Guevara y Castro, trabajando como fotógrafos en Avenida Juárez y San Juan de Letrán, forjaron los ideales que marcarían sus vidas. El Monumento Encuentro, al igual que otras obras de arte en el espacio público, contribuye a la narrativa histórica de la ciudad, tejiendo un relato que nos conecta con el pasado y nos invita a reflexionar sobre el presente.

La incertidumbre sobre el destino de las esculturas añade un elemento preocupante a esta controversia. ¿Dónde se encuentran? ¿Serán reinstaladas? ¿Se les dará el tratamiento que merecen como patrimonio artístico de la ciudad? La Secretaría de Planeación tiene la obligación de dar respuesta a estas preguntas y garantizar el cumplimiento del marco normativo. La protección del patrimonio artístico y cultural no es una opción, es una responsabilidad. La Ciudad de México, rica en historia y cultura, no puede permitirse la pérdida de obras que, como el Monumento Encuentro, enriquecen su paisaje urbano y contribuyen a la construcción de su identidad.

Fuente: El Heraldo de México