
17 de julio de 2025 a las 14:25
Últimos momentos: Clave en la ropa familiar
La tragedia que enluta a la familia Martínez Canro continúa generando interrogantes, mientras la búsqueda de respuestas se adentra en un laberinto de hipótesis. El hallazgo de un fuerte olor a gas impregnado en la ropa de las víctimas, Viviana, Tito y el pequeño Kevin Matías, abre una nueva línea de investigación en este caso que ha conmocionado a la isla de San Andrés y al país entero. Orlando Canro, padre de Viviana y abuelo del menor, relató con voz entrecortada cómo, al recibir las pertenencias de su familia, un penetrante olor a gas lo invadió, una evidencia que de inmediato puso en conocimiento de las autoridades. "Un olor horrible", repite conmocionado, guardando aún las prendas en bolsas, como un testimonio silencioso de la tragedia. Este detalle se suma a la creciente preocupación en torno a la habitación 404 del Hotel Portobelo Convention, lugar donde la familia pasó sus últimas horas. Testimonios de allegados al hotel hablan de "olores extraños" que se perciben en ese cuarto, un dato escalofriante que alimenta las sospechas.
La última conversación de Viviana con su hija Mayerli Andrea, momentos antes de la tragedia, añade un matiz aún más desgarrador al caso. Madre e hija compartieron la inquietud por el extraño olor en la habitación, un presagio que hoy resuena con una fuerza devastadora. "Estaban los tres arrunchaditos en la cama, listos para descansar", recuerda Mayerli, con la voz quebrada por el dolor. La joven, absorta en sus labores en la estética, pospuso una nueva llamada a su madre, una decisión que la atormenta. "Cuando los iba a llamar ya era demasiado tarde", lamenta, marcada por la última conexión de su madre a las 8:30 pm. La imagen de la familia unida, buscando el reposo tras un día de vacaciones, contrasta brutalmente con el silencio que se apoderó de la habitación 404.
Mientras la investigación avanza, la incertidumbre se cierne sobre la causa de esta tragedia. Si bien las autoridades inicialmente descartaron la hipótesis de un acto criminal, el hallazgo del olor a gas abre nuevas interrogantes y exige un análisis exhaustivo. ¿Se trató de una fuga accidental? ¿Hubo negligencia por parte del hotel? Las preguntas se multiplican, mientras la familia Martínez Canro clama por justicia y por respuestas que les permitan comprender la inexplicable pérdida de sus seres queridos. El traslado de los cuerpos a Bogotá, su ciudad natal, marca el inicio de un doloroso proceso de despedida, pero también la esperanza de que la verdad, tarde o temprano, salga a la luz. La comunidad, conmovida por este caso, se une al clamor de la familia, exigiendo una investigación transparente y exhaustiva que esclarezca las circunstancias de esta tragedia que ha enlutado a todo un país.
Fuente: El Heraldo de México